Este fue un hallazgo muy sorprendentemente agradable. Yo me alojé por negocios por 2 noches y no estaba seguro de qué esperar. Debe haber habido algo que hacer en Milán como todos los hoteles en el momento eran muy costosos, y normalmente se quedaría en un hotel más céntrico que siempre encuentro decepcionante (precio / beneficio) en Milán.
En primer lugar, esto no es un hotel — — es un apartamento. Mi estudio era grande, con cocina separada, baño y una zona de pasillo. La cocina era funcional, aunque no tienen microondas. La cama era muy cómoda, y aprecié los balcones y totalmente la apertura de puertas.
El apartamento es muy limpio y agradable y parece que se han construido con cuidado. Tantos lugares mucho más caros en Milán parecen fueron construidas por un vaquero. La atención a la presentación general es muy buena.
Tiene un servicio de limpieza — — toallas fueron reemplazadas y la cama se hace cada día, y el aseo habitual obtienes en un hotel existen. Sin embargo, usted no recibe ningún alimento, y aunque hay un hervidor de agua, no leche, té, café; y no pastillas de lavavajillas (pensamiento hay un lavavajillas). Alimento se suministra solamente de una máquina expendedora. Hay un supermercado Esselunda unos 10 minutos a pie (al oeste).
En particular, el Wi-Fi gratis en las habitaciones era buena calidad — — suficiente para stream de video, que es una rareza en los hoteles.
Según lo que desee, la ubicación es buena o mala. Es una buena caminata al Duomo, pero todavía transitable. La zona no es bonita, pero no desagradable. En equidad, la mayor parte de Milán parece suburbano fuera el centro de todos modos.
El mayor problema es que check-in cierra a las 20:00 y salida no abre hasta las 8:00.
Tenga en cuenta que el lugar entero está diseñado en un tema de budista. No se pega en su garganta, pero parece podría se han establecido por una comunidad religiosa. Personalmente, me gustó esa singularidad, pero si usted necesita un lugar no-secular, esto podría molestarle.
Me quedare otra vez, pero la próxima vez caiga en el Esselunga en el camino y recoger algunos suministros básicos.
En primer lugar, esto no es un hotel — — es un apartamento. Mi estudio era grande, con cocina separada, baño y una zona de pasillo. La cocina era funcional, aunque no tienen microondas. La cama era muy cómoda, y aprecié los balcones y totalmente la apertura de puertas.
El apartamento es muy limpio y agradable y parece que se han construido con cuidado. Tantos lugares mucho más caros en Milán parecen fueron construidas por un vaquero. La atención a la presentación general es muy buena.
Tiene un servicio de limpieza — — toallas fueron reemplazadas y la cama se hace cada día, y el aseo habitual obtienes en un hotel existen. Sin embargo, usted no recibe ningún alimento, y aunque hay un hervidor de agua, no leche, té, café; y no pastillas de lavavajillas (pensamiento hay un lavavajillas). Alimento se suministra solamente de una máquina expendedora. Hay un supermercado Esselunda unos 10 minutos a pie (al oeste).
En particular, el Wi-Fi gratis en las habitaciones era buena calidad — — suficiente para stream de video, que es una rareza en los hoteles.
Según lo que desee, la ubicación es buena o mala. Es una buena caminata al Duomo, pero todavía transitable. La zona no es bonita, pero no desagradable. En equidad, la mayor parte de Milán parece suburbano fuera el centro de todos modos.
El mayor problema es que check-in cierra a las 20:00 y salida no abre hasta las 8:00.
Tenga en cuenta que el lugar entero está diseñado en un tema de budista. No se pega en su garganta, pero parece podría se han establecido por una comunidad religiosa. Personalmente, me gustó esa singularidad, pero si usted necesita un lugar no-secular, esto podría molestarle.
Me quedare otra vez, pero la próxima vez caiga en el Esselunga en el camino y recoger algunos suministros básicos.