Hotel Bären

Hotel

El personal es muy amable, las habitaciones son bonitas, la piscina con baño de vapor y sauna. Simplemente acogedor, siempre te sientes muy cómodo.

Muy cómodo y acogedor hotel con un equipo de servicio muy agradable!

Estaba allí para almorzar. La cocina era excelente, el personal muy amable. Dan una gran oferta en la presentación de la comida que muestra que se preocupan por los detalles.
No es tan elegante un lugar como otros en St Moritz, pero sin duda volveremos a este lugar, ya que tenía la impresión de ser bienvenido aquí y no sólo ser una cabra turística a la leche.

Un hotel soñoliento con mal servicio.
Nuestro viaje prometió este alojamiento para ser ' auténtico '. Era un atractivo, si pintoresco hotel, situado cerca del centro de la ciudad y a poca distancia de St. Moritzersee. (lago Moritz). Nuestro grupo nos alojamos durante la noche y almorzamos, cena y desayuno allí.
Las habitaciones eran tranquilas, ya que era la temporada baja para St. Moritz y la lluvia mantuvo a la gente lejos. Hay una bonita habitación en el primer nivel, facturado como una sala de fumadores, pero sirvió como un lugar de reunión informal.
Las habitaciones de los huéspedes estaban entabladas en pino nudoso y trató de aspecto acogedor. Había una ventana que se abría para ayudar a enfriar la habitación, así que pudimos dormir. Las habitaciones estaban limpias, pero también pequeña, y nos costó conseguir nuestras maletas en el suelo y utilizable. Las camas eran simplemente aceptable, y la iluminación era inadecuada.
Los ascensores son pequeños y lentos. Ya que eran lentos, nos pareció más rápido para usar las escaleras bajando. Las escaleras tienen iluminación de detector de movimiento. No se enciende hasta que uno está a mitad de camino bajando las escaleras. Los escalones son oscuros y pueden ser resbaladizos, así que esto no es seguro y peligroso.
El almuerzo en el restaurante Larchwood no fue una experiencia agradable.

Un buen hotel promedio de la clase media.
La recepción era muy buena, amable, servicial y a flote.
El ascensor aparentemente retroequipado al lado de la recepción es un poco despótico y no sólo contribuyen a una impresión redonda del vestíbulo.
La habitación en Pine local realmente parece muy pintoresco, si se asomaba a las antiguas puertas derribadas.
El baño hizo una buena impresión. El mobiliario estaba en un moderno stand.
En la cena nos sirvieron los tortellini más sencillos, que casi se ahogaban en una salsa confeccionada boloñesa de la tetrapack. Por esta razón era algo barato para las condiciones suizas.
El buffet de desayuno era desafortunadamente a menudo bastante usado por los viajes en grupo de autobús. El personal estaba obviamente abrumado por el autobús a los huéspedes y no vienen con claro o rellenar.
La piscina del hotel, por otro lado, estaba muy bien cuidada y moderna, y también encajaría con una estrella.

¡ todo fresco, fácil, sin complicaciones y simple Top!

Toallas, sábanas y almohadas huele fresco. La habitación está limpia, tienen una muy buena vista de las montañas en el porche. Se ofrece desayuno. El personal es amable y conocedor de transporte público y sugirió lugares para ir.

Hermosas habitaciones, hermosas vistas de St. Moritz, y los distintos sonidos de las campanas (y tal vez ovejas/cabras) en el fondo.

Comimos en el restaurante. Muy buena comida y fondue Chinois, sin embargo, el camarero no era capaz de explicar diferentes salsas servido a carne. La comida era muy buena. Y servicio amable y servicial a nuestras necesidades.

Antiguo hotel de moda muy elegante, la comida no es gran.

No peep agujeros y lite cortinas.

Mi hotel favorito en St. Moritz. Entre el Bob y la Cresta Run. Habitaciones confortables, madera de fuego en el vestíbulo, el personal agradable y una buena cocina.
Hogar lejos del hogar.