Granja inmersa en la naturaleza familiar.
Para llegar allí hay que caminar carreteras estrechas pero pavimentadas, excepto por el último pedazo de camino de tierra, pero bastante regular.
A mi llegada me recibió el propietario que se unió a mí poco después.
Tengo una sola. Me quedé gratamente impresionado cuando vi la terraza desde donde se podía observar el establo para caballos.
La habitación estaba limpia, aunque encontré las muestras de una sola dosis ya utilizadas y una bombilla quemada.
Cama cómoda aunque un poco chiringuito. Al estar en el campo hay muchos insectos, pero las habitaciones están equipadas con mosquiteras.
Desayuno adecuado, no demasiado abundante y elección seleccionada. Productos caseros y envasados, pero de marca. Hay yogur, cruasanes vacíos, tarta de fruta, café, agua caliente y cacao en polvo para hacer chocolate, jugo de fruta y bolsas de té.
Precio honesto, 38euros por noche con desayuno.
Por la mañana pude ver a los caballos y a los chicos haciendo la clase de equitación.
También hay una piscina para un-in-the-s-sun y tumbonas.
El personal era amable y servicial.
Funciona como una casa de huéspedes: llaves en la mano de la habitación y la puerta principal. Por la noche, solo quedan huéspedes en el establecimiento.
Ideal para aquellos que no tienen demasiadas pretensiones, aquellos que aman la naturaleza y los animales.
Hubiera sido genial si hubiéramos sido más cuidadosos con algunos detalles.
Para llegar allí hay que caminar carreteras estrechas pero pavimentadas, excepto por el último pedazo de camino de tierra, pero bastante regular.
A mi llegada me recibió el propietario que se unió a mí poco después.
Tengo una sola. Me quedé gratamente impresionado cuando vi la terraza desde donde se podía observar el establo para caballos.
La habitación estaba limpia, aunque encontré las muestras de una sola dosis ya utilizadas y una bombilla quemada.
Cama cómoda aunque un poco chiringuito. Al estar en el campo hay muchos insectos, pero las habitaciones están equipadas con mosquiteras.
Desayuno adecuado, no demasiado abundante y elección seleccionada. Productos caseros y envasados, pero de marca. Hay yogur, cruasanes vacíos, tarta de fruta, café, agua caliente y cacao en polvo para hacer chocolate, jugo de fruta y bolsas de té.
Precio honesto, 38euros por noche con desayuno.
Por la mañana pude ver a los caballos y a los chicos haciendo la clase de equitación.
También hay una piscina para un-in-the-s-sun y tumbonas.
El personal era amable y servicial.
Funciona como una casa de huéspedes: llaves en la mano de la habitación y la puerta principal. Por la noche, solo quedan huéspedes en el establecimiento.
Ideal para aquellos que no tienen demasiadas pretensiones, aquellos que aman la naturaleza y los animales.
Hubiera sido genial si hubiéramos sido más cuidadosos con algunos detalles.