Comentario del The SunBright 1*

Ok, vamos a empezar a partir de los aspectos positivos — es barato y muy central — centro de Manhattan, justo entre el barrio chino y lo que queda de Little Italy. Las estaciones de metro están a sólo unos minutos a pie. Suena bien, ¿verdad? Mal! La primera señal de alerta fue cuando me abrió la puerta y me encontré frente a un largo tramo de escaleras sin ascensor o alguien que me ayude a llevar mi equipaje en el piso de arriba. En retrospectiva, debería haber dio la vuelta y buscó a un albergue en la vecindad. Sin embargo, hacía mucho frío fuera, así que me decidí a bulto. El área de recepción no era tan mala, y por lo que pude ver de la primera planta, parecía un lugar decente para alojarse. El Asiático gangster-chico busca a la recepcionista dijo que adopten una no-política de reembolso. Segunda señal de advertencia. La puerta que se abrió en dos tramos de escaleras que conducía a los pisos segundo y tercero había un cartel que decía "No a las Mujeres Permitido' atrapado en ella. Tercera señal de advertencia. Yo había reservado una habitación en el tercer piso. Las habitaciones son de NO fumadores. Hay hileras de pequeños cubículos, sin ventanas y sin techos! En lugar de los techos, que tienen alambre de púas que se suma a la experiencia en la cárcel. Obviamente, eso significa que usted puede escuchar todo lo que se dice en las habitaciones de los vecinos. Para dar énfasis, las habitaciones son muy PEQUEÑAS. Es sólo una cama incómoda atado a un lado de la cabina, un socket en el pie de la cama, y un cubo de basura en el suelo. Wi-fi sólo funciona en ocasiones demasiado. La única misericordia era que no había suficiente espacio debajo de la cama para que se adapte a mi maleta. Los cuartos de baño están bien en el primer piso, pero son un asco en el tercero. Estoy hablando de las cucarachas se escabullen a la pileta, rubor no funciona y sucias paredes de la ducha. Y el segundo piso se veía peor. Las paredes estaban sucias, el cubículo de cables extendido a la parte superior de la cubierta, y un pútrido hedor surgió de ella cada vez que me tenía que pasar a hacer mi camino hacia arriba o hacia abajo de las escaleras. Al final, tuve que apartar mis ojos de el segundo piso porque me sentía tan asqueado que eran de la vivienda actual de los seres humanos en su interior. Hay otro positivo, supongo: El lugar es tan horrendo que te obliga a las calles de Nueva York. Yo no recomendaría este lugar a mi peor enemigo, sin embargo, un hostal, una opción MUCHO mejor.