L'Era de Cal Bastida

Hostal o pensión

Sitio agradable, sencillo, sin lujos pero todo limpio y cuudaso. Ideal para desconectar. La habitación con terraza fue una gran mejora!

Pilar un amor, el lugar maravilloso, desconectas, muy bonitas las habitaciones y su cocina casolana muy rica, nosotros yo y mi amigo Jordi hemos estado dos veces volveremos.

A pesar del clima lluvioso, tuve una estancia maravillosa en L'Era de Cal Bastida, gracias a la cálida hospitalidad de Pilar y su madre.
Estamariu es un pequeño pueblo encantador, a pocos kilómetros de La Seu d'Urgell, pero debido a su posición en la cima de una colina, parece mucho más remoto.
El camino que conduce allí es encantador, pero es estrecho y serpentined, así que mejor hecho a la luz del día. Los callejones del pueblo también son muy estrechos, así que conduzca con cuidado.
La gran villa está situada en el corazón del pueblo, muy bien cuidada, con habitaciones spic y span, una gran terraza con vistas al valle, y un gran garaje que puede acomodar varios coches; hay plazas de aparcamiento adicionales en el patio.
El alojamiento en sí es tremenda relación calidad-precio, con amplias habitaciones en varios rangos de precios; las habitaciones de arriba tienen balcones, y ofrecen magníficas vistas del valle; El desayuno está incluido en el precio de la habitación. No hay restaurante en el establecimiento, pero hay un restaurante en la localidad, a pocos pasos.
En mi opinión, L'Era de Cal Bastida supera al costoso parador de La Seu d'Urgell por su calidad y encanto.
Pilar es extremadamente generosa y trabajadora, y hace las cosas increíblemente bien, cuidando los detalles más pequeños, sobre todo por sí misma.
¡No puedo esperar para volver!

Espectacular si te gusta la tranquilidad y las buenas vistas.

Recmendado cien por cien, el lugar, alojamiento y los dueñ@s super. Como estar en casa.

Un hotel con mucho encanto. Vistas maravillosas. Muy tranquilo. Desayunos estupendos.

Paz… Tranquilidad y… Calles muy estrechas… Jajajaja. No… En serio… Genial… Trato familiar total y una tranquilidad brutal. Vacas y prados. Repetiremos sin duda.

Acogedor, familiar y muy tranquilo. Bastante solicitado, mejor reservar.

Genial sitio y gerencia. Excelentes o stalaciobes.

Que decir de ese hogar tan acogedor, tranquilo y muy limpio? He ido con mi marido y nos hemos sentido en casa. La cena y el desayuno muy ricos. Y para comer hemos ido a un pueblo mas grande (La Seu Urgell) a unos pocos minutos donde sirven comidas riquísimas. La propietaria Pilar es muy amable y siempre atenta. Al salir estaba nevando mucho y como no estábamos preparados para una fuerte nevada hemos quedado atrapados en la carretera, ella nos ha acogido de nuevo en el hotel y nos sirvio el desayuno. Es un amor de persona. Seguro que os pasareis bien.

Sin palabras. Es un lugar idílico y con un trato tan familiar de Pilar que dan ganas de quedarse a vivir allí. La ubicación perfecta para conocer una de las zonas de montaña más bonitas de Catalunya.

Pilas un amor, el lugar maravilloso, desconectas, muy bonitas las habitaciones y su cocina casolana muy rica, nosotros yo y mi amigo Jordi hemos estado dos veces volveremos.

Precioso, un lugar de paz, con sentimiento hogareño. Pilar, la dueña, muy amable, te hace sentir como en casa. Un lugar para perderse y desconectar. Habitacion con vistas magnificas, limpias y perfectamente amuebladas. Desayuno de 10. Un lugar para visitar de forma casi obligada.

Tranquilo hogareño Pilar un encanto.

Lugar excelente para pasar unos días tranquilos en familia o solo. Lo recomiendo. Hemos pasado unos días muy agradables en familia. Pilar la propietaria un encanto. Desayunos y cenas perfecto. Mis hijas pequeñas se lo han pasado genial.

Lugar tranquilo para pasar el fin de semana. Bonito el pueblo y la anfitriona igual. Familia muy atenta que facilita la estancia en la casa. Recomendable las comidas caseras que prepara Pilar, a parte de ser un precio ajustado, comida casera y muy buena.

Prácticamente todo. La atención de Pilar era increíble, el silencio que se podía respirar y la tranquilidad inundaba todo el lugar. El pueblo muy rústico y exageradamente tranquilo. Decir que antes de ir leímos en los comentarios quejarse del desayuno, cuando precisamente nos pareció de lo más correcto. Nos ofrecieron tostadas tanto dulce como saladas y hasta nos ofrecían repetir el desayuno si nos veían con mucha hambre. Las camas super cómodas y todo muy limpio. Las vistas de lo mejorcito. El aparcamiento es justo el necesario y el Wi-Fi suficiente. Si acaso el acceso al recinto, pero teniendo en cuenta que es un pueblo de montaña de 100 habitantes con que entre el coche es suficiente.