Después de que el comienzo fue un poco accidentado (hotel overbooked) llegamos un día tarde en Hane Sun.
El hotel está muy bien cuidado, la comida sabe (especialmente deliciosa en la noche turca), las habitaciones están en orden, excepto por algunos pequeños defectos, pero completamente suficiente. La playa está a unos 10 minutos a pie, pero Shuttelbus funciona a los 20 minutos si es necesario.
También el bar de la playa está a pocos minutos a pie, pero que no estaba mal, un poco de ejercicio no duele incluso en vacaciones ;)
En los alrededores hay algunos mercados comerciales, a los que se puede llegar a pie o a Dolmosch en pocos minutos. Hasta lado por 3 euros ida y vuelta.
Hicimos una excursión "de lago a lago", esto es muy recomendable, se obtiene impresiones de la "vieja" vida de los habitantes, ve un paisaje onírico y un viaje en barco también está incluido.
En el tema de los empleados, tan pronto como usted da un pequeño consejo, todos son muy serviciales y amables. Por ejemplo, nuestro camarero en el restaurante, Cengiz Yilmaz, siempre tenía una mesa para nosotros, era genial en Zack y nos trajo las bebidas incluso sin demanda.
Por otro lado, la señora de la limpieza, que sólo ha limpiado 3 veces con nosotros, ya tiene después de la segunda vez las toallas sólo se agrietó en un apósito, el agua en el minibar ya no se repone y no había más hablar de limpieza. Así que si le pones un centavo, ella podría estar haciendo su trabajo…
De lo contrario estamos completamente satisfechos, hemos pasado un gran 9 días allí y volvería a reservar el hotel. :)
El hotel está muy bien cuidado, la comida sabe (especialmente deliciosa en la noche turca), las habitaciones están en orden, excepto por algunos pequeños defectos, pero completamente suficiente. La playa está a unos 10 minutos a pie, pero Shuttelbus funciona a los 20 minutos si es necesario.
También el bar de la playa está a pocos minutos a pie, pero que no estaba mal, un poco de ejercicio no duele incluso en vacaciones ;)
En los alrededores hay algunos mercados comerciales, a los que se puede llegar a pie o a Dolmosch en pocos minutos. Hasta lado por 3 euros ida y vuelta.
Hicimos una excursión "de lago a lago", esto es muy recomendable, se obtiene impresiones de la "vieja" vida de los habitantes, ve un paisaje onírico y un viaje en barco también está incluido.
En el tema de los empleados, tan pronto como usted da un pequeño consejo, todos son muy serviciales y amables. Por ejemplo, nuestro camarero en el restaurante, Cengiz Yilmaz, siempre tenía una mesa para nosotros, era genial en Zack y nos trajo las bebidas incluso sin demanda.
Por otro lado, la señora de la limpieza, que sólo ha limpiado 3 veces con nosotros, ya tiene después de la segunda vez las toallas sólo se agrietó en un apósito, el agua en el minibar ya no se repone y no había más hablar de limpieza. Así que si le pones un centavo, ella podría estar haciendo su trabajo…
De lo contrario estamos completamente satisfechos, hemos pasado un gran 9 días allí y volvería a reservar el hotel. :)