Más apariencias que ser el hotel mantiene un montón en sí mismo y decadente y de manera dominante se refleja en cada esquina.
El exterior inicialmente permitió que se volviera completamente a la época colonial. Zona de entrada, salones, etc. Son mascarillas para el buen viejo Bretaña…
La primera gran decepción te espera en la habitación. Esto se entrega con muebles viejos, para que uno se sienta más como un campamento. Grandes armarios gruesos, secretarias y sillas inutilizables, arrojado juntas pequeñas mesas para acomodar compulsivamente una televisión moderna y minibar.
Una pequeña escalera conduce al baño, que tiene que ser hecho primero debido a la tirantez (Banco de la maleta).
Lo mismo es sin duda envejecer, pero al menos no entregado por equipos innecesarios.
En la cena y el desayuno, la apariencia pomada se incrementa hasta el clímax. Ya estaba acostumbrado a grandes buffets pero no en esta presentación exagerada. Cada plato era servido con cucharas de plata viejas o cuencos.
La mayoría de los platos de carne fritos en el lugar y también con el postre, una persona estaba preparada para cortar la fruta respectiva de una manera apropiada para la boca.
En este lugar remoto, aunque para las condiciones de Sri Lanka el lugar del turismo, me pareció que esta exagerada y opulenta representación del lujo para estar completamente fuera de lugar.
Lars, pero no menos importante, con todo el lujo, Wi-Fi sólo estaba disponible en la zona de recepción.
No hay que olvidar la famosa hora del té. Bastante atado en esta región del té, pero algo incómodo con el pequeño dragón, que mandó al personal con una mano dura y un sharfemTon.
En total: no es mi estilo.
El exterior inicialmente permitió que se volviera completamente a la época colonial. Zona de entrada, salones, etc. Son mascarillas para el buen viejo Bretaña…
La primera gran decepción te espera en la habitación. Esto se entrega con muebles viejos, para que uno se sienta más como un campamento. Grandes armarios gruesos, secretarias y sillas inutilizables, arrojado juntas pequeñas mesas para acomodar compulsivamente una televisión moderna y minibar.
Una pequeña escalera conduce al baño, que tiene que ser hecho primero debido a la tirantez (Banco de la maleta).
Lo mismo es sin duda envejecer, pero al menos no entregado por equipos innecesarios.
En la cena y el desayuno, la apariencia pomada se incrementa hasta el clímax. Ya estaba acostumbrado a grandes buffets pero no en esta presentación exagerada. Cada plato era servido con cucharas de plata viejas o cuencos.
La mayoría de los platos de carne fritos en el lugar y también con el postre, una persona estaba preparada para cortar la fruta respectiva de una manera apropiada para la boca.
En este lugar remoto, aunque para las condiciones de Sri Lanka el lugar del turismo, me pareció que esta exagerada y opulenta representación del lujo para estar completamente fuera de lugar.
Lars, pero no menos importante, con todo el lujo, Wi-Fi sólo estaba disponible en la zona de recepción.
No hay que olvidar la famosa hora del té. Bastante atado en esta región del té, pero algo incómodo con el pequeño dragón, que mandó al personal con una mano dura y un sharfemTon.
En total: no es mi estilo.