Mary-Ann's Polarrigg

Hotel

Muy relajante, acogedor lugar para alojarse. ¡Me encanta!

Así que gente agradable y un lugar tan acogedor con la mejor comida que he tenido! Gracias chicos por hacer que nuestra estancia sea increíble! Chenya y Frank.

Se detuvo a tomar una cerveza y se quedó un par de horas, un montón de recuerdos, plantas, muy acogedora. Y el penal hueso de la colección es fantástica!

Recientemente he estado en Maryann del Polarriggen en Longyearbyen y fue genial. Creo que es en realidad el mejor lugar en el que me he alojado nunca. Los huéspedes son tratados más como amigos que los huéspedes y las niñas en el personal de salir de su camino para ayudar o dar consejo. Y que el amor a parar durante un chat con un solitario viajero! Las habitaciones individuales son pequeñas, pero muy cómodo y muy limpio. Hay una gran variedad de limpiar cuartos de baño, uno con una lámpara de araña! El restaurante tiene que ser visto para ser creído, de manera impresionante, con todas sus plantas y de piso a techo de cristal de las paredes y un techo de cristal. La mejor habitación es la sala común — lleno de sofás, lámparas y mesas para la gente a relajarse en el dnd si el día. Este era mi lugar favorito para estar en la noche — simplemente hermoso, como en alguien muy bienvenida a casa. Yo sinceramente recomiendo Maryann del Polarrig y yo no puedo esperar a volver.

Por desgracia, muy pequeñas, de una sola habitación. Hotel falsamente Wi-Fi, pero no había Wi-Fi gratuita, además de en la recepción. No hay valor para el dinero.

Muy rústico y único lugar en Svalbard… vale la pena una visita o durante la noche. La comida muy buena y el servicio.

Las habitaciones son un poco demasiado caliente y tuvimos que dormir con la ventana abierta. No un montón de opciones para el desayuno y bastante caro.

Si te gusta el extraño y peculiar, te encantará este lugar — desde un punto de corte en la mitad de oso polar para la mayoría de azar decoración, Mary-Ann Polarrig sirve buena comida sabrosa que se incluyen filete de ballena y otras cosas que te ni come normalmente. Es un poco más caro que otros lugares en Longyearbyen, pero merece la pena.

Hola su Ben
IM en Noruega
por favor, puedo volver a casa para poder ver a mi familia antes de morir
-Ben.

El lugar más inusual en Spitzbergen.

La comida es deliciosa, los camareros son amables, el servicio es súper rápido. Los precios también son amables con los turistas en comparación a Svalbard los precios. Sólo puedo recomendar, de esperanza, de volver de nuevo.

Gran lugar. El restaurante del Hotel merece una visita.

No es un hotel estándar! ¡Me encanta! Se siente como en casa.

El personal es muy amable.

Un buen lugar para alojarse. Los sentimientos limpios y hogareños. Cocina y lavandería están disponibles con cargo. Pero razonable para el lugar que las cosas son bastante caros. Cinco minutos para "Coop" comprando cosas para cocinar.

La relación precio calidad no existe, tiene un “spa” no habilitado (en invierno), la limpieza del cuarto regular sobre todo si estás más de 6 días. Cambian las toallas, hacen la cama y te dejan el papel higiénico, no cuenta con shampoo u otros detalles de un hotel moderno es más como un hostal que hotel, en el desayuno no rellenan las cosas si no lo pides! Eso es incomodó a veces no hay pan o leche o huevos o café el yogurt y la fruta no existen! El restaurant es carísimo 39 euros un plato adulto, menú niños 20 euros aprox. Lo bueno es que el personal que trabaja allí es simpático y tiene una cocina en la que puedes hacer tu propio menú y compartir con otros huéspedes. También tiene un área común! Donde hay un TV y biblioteca.

Gran Hotel, lleno de carácter, la pena es un poco fuera del camino.

Gran restaurante, amable y amable camareros. Sirven también ballena y carne del sello en los precios comprables. Muy recomendable.

¡ Qué heces! Este hotel es tan caro que podría pensar que es un motel o albergue!

El lugar encantador, todavía conserva el diseño del estilo de los cuarteles de la era de la explotación minera.
Las fotos del pasado están por todas partes, barco de madera y autobús da la pequeña excursión simple si el pasado sin salir del hotel.

Vine aquí para cenar después de una recomendación del conductor del aeropuerto. Probé el bistec de foca para conseguir un poco de sabor local y probar algo completamente diferente. ¡ me encantó! Fue una gran experiencia y tengo ganas de probar algunos más de los platos más exclusivos.