Grand Hotel Villa de France

Hotel

Hermoso hotel de estilo clásico en el centro de Tánger. Todo lo que se hace sin problemas y de primera clase.

Esta fue una gran estancia. La piscina parecía increíble. El restaurante era bueno y el personal muy amable.

Cuando quería comer un desayuno de Ramadán fuera de la casa, elegí este hotel… No fue una coincidencia opcional… Es el Hotel símbolo de la ciudad de Tánger… Me sentí como si estuviera en movimiento a través del tiempo en este hotel… Después del desayuno en los tonos de música y los tranquilos poemas andaluces… Puedo cortar una taza de té verde en el patio del hotel… Fui a la recepción y tuve permiso para visitar la habitación donde el pintor francés "Mathis"… Es la habitación 35. … Entré en la habitación. Y tomé algunas fotos de recuerdo allí…

Hermosas vistas desde el Hotel en la cima de la colina. El Hotel es limpio y cómodo y tiene una sensación de una época pasada, ya que fue construido durante la tarde 19th siglo y fue uno de los hoteles más lujosos de Marruecos. El personal no era muy profesional y nos cobraron 150 MAD por un café y dos aguas embotelladas.

Cerca del zoco, muy limpio y el personal muy agradable.

Si usted visita a tánger, este hotel es hermosa, con estilo y personalidad, un gran servicio, personal atento, usted puede t te lo pierdas. Un montón de la historia en todas partes y la inolvidable al estilo Marroquí

Me gustó mucho la ubicación de la esquina, una vista panorámica de la playa de Tánger. Dentro de un hermoso jardín lleno de hermosas flores blancas y rosas, buena iluminación y una música bien elegida. Para un iftar me parece que es generalmente aceptable, excepto que no probé ni el verdadero harira ni el buen té!

Un lugar impresionante que te lleva a la gloria del pasado clásico. Excelentes vistas personal amable y estilo de construcción inigualable. Ubicación central. Una visita obligada y estancia.

El lugar que te envía el Minzah mientras está siendo renovado. Limpio pero poco a ningún encanto más. Compruebe su factura estrechamente cuando pague como personal poner varios cargos en nuestra habitación, que no eran nuestros. Buena ubicación y una historia interesante. Arriba de la colina.

Muy bien situado. Las vistas maravillosas, y a pie de lo mejor de Tánger.

Buen hotel en Tánger (Marruecos). Bien situado al lado de varios lugares turísticos de la ciudad, pero en un lugar bastante popular. El servicio es muy correcto. También es un lugar histórico: la casa del primer Consulado francés en Marruecos y la casa de acogida del siglo XVII. Los principales sitios y la arquitectura general, así como los jardines se han preservado. Interior de las habitaciones modificadas para la comodidad de los huéspedes. Aparcamiento para los clientes coches disponibles aunque cerca, y un buen desayuno incluido en el precio. El acceso en coche es relativamente difícil. Calles estrechas y concurridas; Típico de los barrios populares del país.

Situado en la ladera de la colina con vistas a la Medina y el océano. Construido en 1880 y completamente renovado para su reapertura en 2014. Este edificio histórico es un hito y famoso por sus famosos invitados. Henri Matisse se hizo residente durante dos años, encontrando inspiración en el área local.

Un lugar muy limpio, seguro y bien situado; El personal está sonriendo, recomiendo este lugar para cualquier familia que quieran relajarse y tener un buen tiempo en Tánger.
Sin duda recomendaría este hotel.

Bien el hotel pero se me cayo el riel con las cortinas de la habitación. Por suerte no me cayeron encima.

Excepcional. Suite Senior muy bonita. Excelente cena. Acceso directo a Medina. Muy buena experiencia.

Un hotel muy acogedor. El servicio excelente, te tratan fenomenal y muy simpáticos. Perfectamente ubicado en el centro de Tánger, con unas instalaciones no muy modernas pero bastante acogedoras y todo limpio y recogido. La cama, firme sin ser dura y gigantesca. El baño bien, como el de cualquier casa en España. El desayuno estilo buffet está bien. Aunque poco variado quizá. Lo mejor el excelente servicio y atención al cliente que tienen.

Absolutamente maravilloso : Un hotel con un servicio impecable, de una rara elegancia, y una visión de los sueños. Un verdadero Palacio!

Estamos muy bien recibido en este maravilloso hotel! ¿Qué es la atmósfera adorable. Muchas gracias. Hedda van Raalte.

Bonito Colonial clase de hotel con mucho encanto y un personal amable. Pero la administración tiene que ser cambiado especialmente el mantenimiento de la casa en el cargo.

No volvería nunca a no ser que necesites un hotel con párking en Tánger.

Un hotel estupendo, es como viajar a otra época con todas las comodidades de hoy…

Muy limpio y cuidado. Y tiene una piscina que da la vida si hace calor.

Es lo que se espera de un 5 estrellas, aunque detalles como tener el minibar vacío o que tarden tanto en reponer el buffet del desayuno le baja el nivel.

Magnífico hotel en el centro de Tánger. Habitaciones con vistas, amplias y con mucha luz. Hotel con terrazas con vistas al puerto y la ciudad, patio andaluz donde desayunar, piscina para relajarse. Personal muy atento y educado.

Es un Hotel que reune todas las condiciones para ser un 5 estrellas, Mantiene el glamour, impactantes vistas. Habitaciones amplias y equipadas con todo el confort, el sector de piscina es un oasis, con paz y tenue musica. Los espacios comunes exquisitos con un autentico estilo Frances. El desayuno es completo, variado y delicioso. El Restaurant Delacroix, una propuesta excelente, donde sus mesas, arañas, vajillas y cristales son una seduccion para el refinamiento y buen gusto. Tanger tiene un atractivo plus imperdible, y es este Hotel Palaciego donde su staff te haran sentir como Reyes!

Terraza es genial, pero la comida es promedio.

Era el favorito de Matisse. Desde su habitación 35 pintó "Vista de una ventana".

El personal es amable. Hermosa habitación, con las características de diseño únicas. Cerca de la calle del mercado y puestos de venta. Caminamos desde el puerto; pero viajamos luz, afortunadamente, ellos ofrecen todos los artículos que necesitábamos para este espontánea de la estancia, que comenzó como un viaje de un día.