Comentario del Rymma Hotel 3*

Empezaré por hablar lo bueno. El hotel está bien; el estacionamiento está prácticamente enfrente y es espacioso aunque no hay vigilancia dentro del mismo. Las habitaciones son medianas, cómodas, limpias y modernas. La atención del personal una vez instalado es razonablemente buena sin acercarse un poco a la excelencia. El Internet bien y la relación precio-beneficio muy bien. La habitación me costó poco más de $600; viajé solo. El lugar está muy cerquita del centro; tiene muy buena ubicación. Ahora te platico lo regular y termino con lo peor: llegué cerca de las 13:30 y me dijeron que no podían darme habitación hasta las 15:00, pues todas estaban ocupadas. Respeté eso y poco tiempo después volví. En realidad, son demasiado estrictos con las políticas de check-in; el hotel estaba prácticamente vacío. Me dieron una habitación muy al fondo, en el segundo piso (el hotel tiene 3), lo cual en un principio me pareció bien para descansar pues fui por trabajo. Mis vecinos: una pareja de transexuales (aclaro que no tengo nada contra el mundo gay; mis mejores amigos lo son) ; me pareció extraño recibir una habitación junto a una ocupada cuando había más vacías. Las dos chicas trans estaban sentadas en las escaleras platicando con la gente de intendencia; así que supuse que o tenían algún tiempo hospedadas o quizá trabajaban por las noches. Entré a mi habitación. Algún tiempo después ellas se paseaban afuera de mi habitación asomándose dentro, cosa que no tenía razón de ser por el hecho de que mi habitación era la del fondo. Fue incómodo; pensé llamar a recepción para que ellos les pidieran ser menos ruidosas, pero cuando lo iba a hacer, vi gente del hotel platicando con ellas. Desistí. Si a estas alturas te estás riendo por mi incomodidad, te pido que imagines que yo fuera una chica paseando sola y en lugar de ellas, quienes se asomaban por mi ventana fueran un par de camioneros rudos. Incómodo, ¿no? Todo el tiempo estuvieron con su puerta abierta, al igual que su persiana (yo cerré las mías). Estuvieron paseándose en tangas (el cuadro no era nada atractivo). En su habitación tenían encendidas veladoras, ¿no se supone que por ley no puedes encender fuego dentro de un hotel, o algo así? El personal del hotel estuvo enterado de esto y nunca les pidieron que las apagaran. Al día siguiente el desayuno normal; cuando me senté a la mesa, el mantel estaba muy sucio y mi mesera sólo lo giró; fue incómodo. El desayuno estaba incluido. La bebida era un jugo artificialísimo. ¿Regresaría? No. El hotel no está nada mal, pero toda esa serie de detalles me hacen preferir de lejos otras opciones.