Pasamos una semana perfecta en este albergue al Marnich situado en las alturas del lago de como. Elegimos nuestras habitaciones directamente en el sitio del hotel y optamos por media pensión. ¡ Qué buena elección!
Sin duda el lugar es merecido porque se accede por una pequeña carretera empinada montaña aunque encantador. Pero una vez que estás allí, ¡ qué alegría! Una vista impresionante del valle, que se puede admirar tanto desde la terraza del restaurante como desde las terrazas de las habitaciones o desde cualquier punto de la zona, de día o de noche.
Todo lo que esperábamos de este lugar, lo encontramos, y mucho más.
— Una cálida bienvenida muy amistosa (un hermoso y delicioso pastel de frambuesa en forma de corazón para mi cumpleaños en la noche de nuestra llegada) : los anfitriones, el Pater familias: Emmanuel, la Mamma: Giulia, Antonio y Linda, la familia, y todo el equipo que Trabajar en el campo (cultura, trabajo misceláneo, hogar, cocina…) son muy amables y generosos.
— Sabrosa comida elaborada con talento por Giulia: cada día platos diferentes y, en media pensión, porciones notables: antipasti (salami suculento, entre otros), primer plato, segundo plato, y postre. Giulia cocina exclusivamente productos naturales, a menudo orgánicos, muchos de la granja familiar. Nos encanta la comida italiana: no nos decepcionó!
iMpecable limpieza en las habitaciones, muy funcional. Gracias a las personas a cargo de la casa que son también muy amables.
-calma perfecta. Por la noche, no es un sonido. El día, el tintineo de una campana de katching, una corteza, un Miau, el suave aliento de una pequeña brisa, una abeja… Por las tardes, la charla acogedora de los viajeros que festejan en la terraza en un polyglottisme amistoso.
— El aire de la montaña que limpia los pulmones. Las caminatas saludables. El hermoso paisaje alrededor del lago como.
— Por último, muy importante, muy conmovedora, una maravillosa armonía entre la naturaleza y lo humano: el respeto por la naturaleza, la denegación de los productos químicos, el uso de paneles solares, los animales, lindos y llenos, son los Reyes del dominio (paraíso de los lagartos) : Bondad, equilibrio, respeto, bondad, desarrollo sustentable, al Marnich es un remanso de paz y gozo.
Nos encantó nuestra estancia y recomiendo encarecidamente esta propiedad, especialmente a cualquiera que busca, como nosotros, la autenticidad de las relaciones humanas y el respeto por la naturaleza.
Volveremos tan pronto como podamos.
¡ nuestra mejor memoria y todas nuestras amistades a nuestros huéspedes!
Sin duda el lugar es merecido porque se accede por una pequeña carretera empinada montaña aunque encantador. Pero una vez que estás allí, ¡ qué alegría! Una vista impresionante del valle, que se puede admirar tanto desde la terraza del restaurante como desde las terrazas de las habitaciones o desde cualquier punto de la zona, de día o de noche.
Todo lo que esperábamos de este lugar, lo encontramos, y mucho más.
— Una cálida bienvenida muy amistosa (un hermoso y delicioso pastel de frambuesa en forma de corazón para mi cumpleaños en la noche de nuestra llegada) : los anfitriones, el Pater familias: Emmanuel, la Mamma: Giulia, Antonio y Linda, la familia, y todo el equipo que Trabajar en el campo (cultura, trabajo misceláneo, hogar, cocina…) son muy amables y generosos.
— Sabrosa comida elaborada con talento por Giulia: cada día platos diferentes y, en media pensión, porciones notables: antipasti (salami suculento, entre otros), primer plato, segundo plato, y postre. Giulia cocina exclusivamente productos naturales, a menudo orgánicos, muchos de la granja familiar. Nos encanta la comida italiana: no nos decepcionó!
iMpecable limpieza en las habitaciones, muy funcional. Gracias a las personas a cargo de la casa que son también muy amables.
-calma perfecta. Por la noche, no es un sonido. El día, el tintineo de una campana de katching, una corteza, un Miau, el suave aliento de una pequeña brisa, una abeja… Por las tardes, la charla acogedora de los viajeros que festejan en la terraza en un polyglottisme amistoso.
— El aire de la montaña que limpia los pulmones. Las caminatas saludables. El hermoso paisaje alrededor del lago como.
— Por último, muy importante, muy conmovedora, una maravillosa armonía entre la naturaleza y lo humano: el respeto por la naturaleza, la denegación de los productos químicos, el uso de paneles solares, los animales, lindos y llenos, son los Reyes del dominio (paraíso de los lagartos) : Bondad, equilibrio, respeto, bondad, desarrollo sustentable, al Marnich es un remanso de paz y gozo.
Nos encantó nuestra estancia y recomiendo encarecidamente esta propiedad, especialmente a cualquiera que busca, como nosotros, la autenticidad de las relaciones humanas y el respeto por la naturaleza.
Volveremos tan pronto como podamos.
¡ nuestra mejor memoria y todas nuestras amistades a nuestros huéspedes!