Descubra el Hotel Corona, via Internet, jueves 7 septiembre 2017 fue genial. Mirando su sitio apreciamos la amplitud, el brillo y la discreta elegancia tanto de las partes comunes como de las habitaciones;
La ubicación está muy cerca de la orilla del mar y aún más la disponibilidad y atención a los animales sus huéspedes. ¡ no podíamos creerlo!
Elda, el propietario, nos habría satisfecho con el alojamiento en una habitación que más nos gustó: piso superior, vista al mar, "fantástico" gracias a
Puerta y a la pared totalmente de vidrio, que llevan en el balcón.
Camilla habría sido mimado con respecto: cuna en la habitación, Bol
Para el agua y los alimentos, la libertad de acceso también a las zonas comunes, incluyendo el comedor, en la zona dedicada a las familias con animales en remolque y, si es necesario, también la comida preparada por el chef.
Todo es perfecto. Sábado 9 de septiembre llegamos en el Hotel feliz de estar allí
Dejado atrás cada pensamiento malo. Entendimos, inmediatamente, que esa estancia sería más que positiva. Elda y su personal, con su sonrisa, la atención constante a las necesidades de los huéspedes, su
Profesionalismo, nos hicieron sentir en la familia, gracias también al chef
Que, con su grupo, nos deleitaron con menús sencillos, genuinos y variados.
de sus pasteles y los diversos dulces entonces… Qué decir! Gracias también a otros invitados, como somos inseparables de sus fieles amigos, fue amor a primera vista. Parecíamos vivir las mismas realidades que cada día vivimos en Milán asistiendo al parque de nuestro vecindario. Finalmente descubrimos, a unos 200 metros del hotel, un pequeño parque público donde acompañar a los animales por sus abatimientos evitando así ensuciar las aceras. Con algunos de estos invitados también nació una amistad y prometimos volver juntos de nuevo el próximo septiembre.
María Luisa y marco (+ Camilla) desde Milán 20 de septiembre, 2017
La ubicación está muy cerca de la orilla del mar y aún más la disponibilidad y atención a los animales sus huéspedes. ¡ no podíamos creerlo!
Elda, el propietario, nos habría satisfecho con el alojamiento en una habitación que más nos gustó: piso superior, vista al mar, "fantástico" gracias a
Puerta y a la pared totalmente de vidrio, que llevan en el balcón.
Camilla habría sido mimado con respecto: cuna en la habitación, Bol
Para el agua y los alimentos, la libertad de acceso también a las zonas comunes, incluyendo el comedor, en la zona dedicada a las familias con animales en remolque y, si es necesario, también la comida preparada por el chef.
Todo es perfecto. Sábado 9 de septiembre llegamos en el Hotel feliz de estar allí
Dejado atrás cada pensamiento malo. Entendimos, inmediatamente, que esa estancia sería más que positiva. Elda y su personal, con su sonrisa, la atención constante a las necesidades de los huéspedes, su
Profesionalismo, nos hicieron sentir en la familia, gracias también al chef
Que, con su grupo, nos deleitaron con menús sencillos, genuinos y variados.
de sus pasteles y los diversos dulces entonces… Qué decir! Gracias también a otros invitados, como somos inseparables de sus fieles amigos, fue amor a primera vista. Parecíamos vivir las mismas realidades que cada día vivimos en Milán asistiendo al parque de nuestro vecindario. Finalmente descubrimos, a unos 200 metros del hotel, un pequeño parque público donde acompañar a los animales por sus abatimientos evitando así ensuciar las aceras. Con algunos de estos invitados también nació una amistad y prometimos volver juntos de nuevo el próximo septiembre.
María Luisa y marco (+ Camilla) desde Milán 20 de septiembre, 2017