En Dublín, hay dos hoteles en Clayton, uno en el Liffey y el otro. En el que estaba en el Liffey ya estaba y satisfecho — aquí estaba menos.
Cuando cortésmente le pregunté a la recepcionista si había habitaciones para fumadores, me recordó inmediatamente con un discurso fuertemente redactado que no había, y que la tarifa de penalización para fumar en la habitación 300, — € cantidad.
Algunas de las habitaciones están modernizadas, una parte no, una que tenía. Esto era en sí impecable, amable, lo suficientemente grande y muy limpio, con la excepción de los cristales de ventana muy contaminados. En el cuarto de la ducha no había casi nada que exponer, sólo que no había cepillo de inodoro (! ). Me pareció muy molesto porque no necesito limpieza para tres noches.
La habitación no tenía aire acondicionado (realmente no lo necesita en Dublín! ) y tenía TV, caja fuerte y nevera (sin acondicionar). El agua y una tetera para café y té también estaban disponibles. La cama era cómoda.
Menos hermoso, aunque: cuando entré en la habitación la primera noche, me pregunté sobre el ruido. Como resultó, justo antes y debajo de la ventana era un gran conducto de escape de aire acondicionado o ventilación, que se escuchó en voz alta cuando la ventana estaba inclinado (yo prefiero) y todavía demasiado ruidoso cuando está cerrado. Esto debe afectar a todas las habitaciones que dan a la calle desde la segunda a la cuarta planta, que se encuentran en el borde occidental.
Por otra parte el "BBar" en la planta baja y la esquina que fuma con Strahlerheizung en frente. El personal más joven en el bar era muy amable y divertido y muy servicial. La elección de cerveza de barril es muy bueno, los precios son casi moderados para un bar de Hotel-en pubs que ya he pagado como mucho.
Además, las llamadas de despertador solicitadas han funcionado perfectamente.
CONCLUSIÓN: todo bueno en sí mismo, si no el aviso antipático, el ruido, las ventanas muy sucias y el cepillo que falta del tocador serían. He oído de compañeros pasajeros que la operación del sistema de aire acondicionado era difícil, y la tecnología con zócalos retráctiles en la mesita de noche también no quería hacer correctamente. Justo a la vuelta de la esquina mi hija y yo hemos estado acostumbrados a mucho menos dinero lejos mejor.
Cuando cortésmente le pregunté a la recepcionista si había habitaciones para fumadores, me recordó inmediatamente con un discurso fuertemente redactado que no había, y que la tarifa de penalización para fumar en la habitación 300, — € cantidad.
Algunas de las habitaciones están modernizadas, una parte no, una que tenía. Esto era en sí impecable, amable, lo suficientemente grande y muy limpio, con la excepción de los cristales de ventana muy contaminados. En el cuarto de la ducha no había casi nada que exponer, sólo que no había cepillo de inodoro (! ). Me pareció muy molesto porque no necesito limpieza para tres noches.
La habitación no tenía aire acondicionado (realmente no lo necesita en Dublín! ) y tenía TV, caja fuerte y nevera (sin acondicionar). El agua y una tetera para café y té también estaban disponibles. La cama era cómoda.
Menos hermoso, aunque: cuando entré en la habitación la primera noche, me pregunté sobre el ruido. Como resultó, justo antes y debajo de la ventana era un gran conducto de escape de aire acondicionado o ventilación, que se escuchó en voz alta cuando la ventana estaba inclinado (yo prefiero) y todavía demasiado ruidoso cuando está cerrado. Esto debe afectar a todas las habitaciones que dan a la calle desde la segunda a la cuarta planta, que se encuentran en el borde occidental.
Por otra parte el "BBar" en la planta baja y la esquina que fuma con Strahlerheizung en frente. El personal más joven en el bar era muy amable y divertido y muy servicial. La elección de cerveza de barril es muy bueno, los precios son casi moderados para un bar de Hotel-en pubs que ya he pagado como mucho.
Además, las llamadas de despertador solicitadas han funcionado perfectamente.
CONCLUSIÓN: todo bueno en sí mismo, si no el aviso antipático, el ruido, las ventanas muy sucias y el cepillo que falta del tocador serían. He oído de compañeros pasajeros que la operación del sistema de aire acondicionado era difícil, y la tecnología con zócalos retráctiles en la mesita de noche también no quería hacer correctamente. Justo a la vuelta de la esquina mi hija y yo hemos estado acostumbrados a mucho menos dinero lejos mejor.