Volver a Palm este año después de unos años sin la oportunidad de planchar en Miami. ¿por qué la palma? Por costumbre, por conveniencia, por pereza puede ser pero una cosa es segura: en más de 10 años de visitas casi anuales nunca he tenido una mala sorpresa. El Hotel sigue siendo fiel a sí mismo y se encuentra como se dejó la vez anterior (algunos trabajos de mejora, además).
La mayoría: jinete del personal, Hotel al tamaño humano, reservado (a veces demasiado reservado dirá alguno). Una cosa es segura que se siente tranquila, casi en casa. Las habitaciones recientemente renovadas son impecable, no hay quejas sobre la limpieza. Además de una hermosa piscina uno goza de acceso directo a la playa (que no es el caso cuando uno es menor en Ocean Drive). Estamos a poca distancia a pie de Lincoln Road o incluso Ocean Drive y sus restaurantes, pero se vuelve más limitado debido a la distancia y la calidez. Pero en un viaje de 10 minutos en taxi. Excelente compromiso comparado con hoteles ubicados más al norte. Ah, me olvidé: el Wi-Fi también es gratis y cubre el Hotel y la piscina.
Lo menos es que, aparte de Lincoln Road, estamos lejos de la vida de Ocean Drive. Muy bueno para aquellos que buscan tranquilo, de lo contrario es taxi para el menos restaurante. Nada de gracia y personalmente prefiero sacrificar algunos mandados en taxi, pero se benefician de esta burbuja de calma que ofrece el Hotel. Los entusiastas de la variedad también se recorren rápidamente el (muy bueno) bar del hotel y el menú del restaurante que eligiendo el mapa "bio y bienestar" hace unos años puede perderse la buena vida (incluso si es realmente bueno). Pequeño apartamento en el buffet de desayuno que, para un hotel de esta situación, es un poco limitado.
En Resumen, las palmas es la elección de la calma y la seguridad. Ideal solo, como pareja o como familia para un ambiente relajante a pocos pasos del corazón de South Beach. Los que prefieren estar en el corazón de la noche local se van un poco más al sur. Depende de las expectativas de todos.
La mayoría: jinete del personal, Hotel al tamaño humano, reservado (a veces demasiado reservado dirá alguno). Una cosa es segura que se siente tranquila, casi en casa. Las habitaciones recientemente renovadas son impecable, no hay quejas sobre la limpieza. Además de una hermosa piscina uno goza de acceso directo a la playa (que no es el caso cuando uno es menor en Ocean Drive). Estamos a poca distancia a pie de Lincoln Road o incluso Ocean Drive y sus restaurantes, pero se vuelve más limitado debido a la distancia y la calidez. Pero en un viaje de 10 minutos en taxi. Excelente compromiso comparado con hoteles ubicados más al norte. Ah, me olvidé: el Wi-Fi también es gratis y cubre el Hotel y la piscina.
Lo menos es que, aparte de Lincoln Road, estamos lejos de la vida de Ocean Drive. Muy bueno para aquellos que buscan tranquilo, de lo contrario es taxi para el menos restaurante. Nada de gracia y personalmente prefiero sacrificar algunos mandados en taxi, pero se benefician de esta burbuja de calma que ofrece el Hotel. Los entusiastas de la variedad también se recorren rápidamente el (muy bueno) bar del hotel y el menú del restaurante que eligiendo el mapa "bio y bienestar" hace unos años puede perderse la buena vida (incluso si es realmente bueno). Pequeño apartamento en el buffet de desayuno que, para un hotel de esta situación, es un poco limitado.
En Resumen, las palmas es la elección de la calma y la seguridad. Ideal solo, como pareja o como familia para un ambiente relajante a pocos pasos del corazón de South Beach. Los que prefieren estar en el corazón de la noche local se van un poco más al sur. Depende de las expectativas de todos.