Nuestro camarero nos salvó de ser una crítica de una estrella.
Mi familia de cuatro tenía brunch de Navidad en el Four Seasons. Primero, lo bueno. La comida era abundante y de buen gusto, ya que había experimentado previamente. Caro, pero vale la pena. El personal del comedor era especialmente amable.
Nuestra experiencia, sin embargo, no comenzó bien. Mi esposa hizo reservas semanas de antelación y pedimos una mesa junto a la ventana en el comedor principal. Se le dijo en el momento en que el restaurante no reservar mesas; sin embargo, harían todo lo posible para acomodarnos. Estábamos entre los primeros en llegar y mi esposa volvió a recordar a la mujer en el check-in que habíamos solicitado una mesa junto a la ventana. Nos llevaron al comedor principal pero nos llevó a una mesa lejos de la mesa de la ventana que habíamos solicitado. No había otras partes en el comedor y todas las mesas estaban abiertas. Preguntamos si podíamos sentarnos en la mesa solicitada. La persona que nos llevó a la mesa izquierda para preguntar a la mujer en el frente que estaba asignando mesas. Después de varios minutos, regresó y nos dijo que la mesa que solicitamos se salvó para una fiesta que se sienta allí cada Navidad.
Bien, cuatro temporadas, o reservas mesas o no. Sólo Estate al frente y dinos. Y, si es así, poner un cartel de reserva en él.
Nuestro camarero, Dee Dee reconoció nuestra decepción y finalmente organizó para nosotros para sentarse en la mesa que pedimos en primer lugar. Dee Dee hizo nuestro día! Ella era extremadamente atento y ejemplificado verdadero servicio al cliente y el espíritu navideño. Es asombroso cómo un simple acto de bondad puede impactar la experiencia de una persona.
No tengo ni idea de si esa mesa era verdaderamente reservado o nos alimentaron un montón de Toro, pero dejó un sabor muy amargo en mi boca.
Mi familia de cuatro tenía brunch de Navidad en el Four Seasons. Primero, lo bueno. La comida era abundante y de buen gusto, ya que había experimentado previamente. Caro, pero vale la pena. El personal del comedor era especialmente amable.
Nuestra experiencia, sin embargo, no comenzó bien. Mi esposa hizo reservas semanas de antelación y pedimos una mesa junto a la ventana en el comedor principal. Se le dijo en el momento en que el restaurante no reservar mesas; sin embargo, harían todo lo posible para acomodarnos. Estábamos entre los primeros en llegar y mi esposa volvió a recordar a la mujer en el check-in que habíamos solicitado una mesa junto a la ventana. Nos llevaron al comedor principal pero nos llevó a una mesa lejos de la mesa de la ventana que habíamos solicitado. No había otras partes en el comedor y todas las mesas estaban abiertas. Preguntamos si podíamos sentarnos en la mesa solicitada. La persona que nos llevó a la mesa izquierda para preguntar a la mujer en el frente que estaba asignando mesas. Después de varios minutos, regresó y nos dijo que la mesa que solicitamos se salvó para una fiesta que se sienta allí cada Navidad.
Bien, cuatro temporadas, o reservas mesas o no. Sólo Estate al frente y dinos. Y, si es así, poner un cartel de reserva en él.
Nuestro camarero, Dee Dee reconoció nuestra decepción y finalmente organizó para nosotros para sentarse en la mesa que pedimos en primer lugar. Dee Dee hizo nuestro día! Ella era extremadamente atento y ejemplificado verdadero servicio al cliente y el espíritu navideño. Es asombroso cómo un simple acto de bondad puede impactar la experiencia de una persona.
No tengo ni idea de si esa mesa era verdaderamente reservado o nos alimentaron un montón de Toro, pero dejó un sabor muy amargo en mi boca.