Pazo da Pena Manzaneda

Casa o chalet

Vinimos aquí y solo pasamos una noche, pero todos tuvimos grandes experiencias y lo recomendamos encarecidamente.

Amabilidad, tranquilo. Pazo y entorno con mucho encanto.

Lugar maravilloso y muy acogedor en su interior. Con decoración en madera rústica y sobria con materiales autóctonos que nos hacen viajar en el tiempo. Altamente recomendado. Un experiencia excepcional en su restaurante efímero "A Mázcara".

Recomendable al 100 por cien, tanto como el pazo, como el trato q nos dieron, volveremos sin lugar a dudas, me encanto!

Un lugar encantador, el personal muy amable y servicial, sin duda un sitio donde desconectar y pasar unos dias disfrutando de la naturaleza.

Magnifica atención. La visita guiada, muy interesante. Un sitio precioso para descansar.

En la élite de los hoteles gallegos. Trato inmejorable, magnífico desayuno. Un lugar relajante y mágico.

Genial. El Pazo es precioso… y la atención fantástica. Un placer conocerlo y por supuesto repetiré la visita.

Impresionante, lugar maravilloso, con encanto. Muy bien cuidado, buena atención y muy limpio. Muy recomendable.

Espectacular sitio y decorado con mucho gusto. Rodeado de naturaleza. Las habitaciones son maravillosas, y eso que yo solo estuve en una normal. Multitud de rincones para perderse en la tranquilidad más absoluta con un buen libro o dejarse llevar por los senderos bque hay. Es imprescindible conocer el Árbol centenario que tienen así como su castañar. Desayuno excelente. La comida y cena no tuve la oportunidad. Recomendable 100 x 100, no te dejará indiferente.

Buen sitio para relajarse. El personal muy atento, la habitación (A Poda) amplia y decorada con muy buen gusto, buenas zonas comunes (recomendable visitar la biblioteca). Se respira paz y tranquilidad. pero!. Hay cosas que le fallan a este sitio que se vende como alojamiento de lujo. No tiene servicio de restaurante. Lo que te obliga a salir en coche a comer o cenar (alrededor no hay ningún sitio donde puedas comer). El desayuno es muy normalito. Cómo el de cualquier otro establecimiento con categoría inferior. Al no tener cocina no te ofrecen ni una tortilla francesa o unos huevos. A mi, además, no me gusta el colchón. Demasiado blando. Creo que para publicitarse como alojamiento de lujo tiene unas carencias importantes que me han defraudado y hace que pierda enteros.

Un lugar donde perderse, y relajarse. Donde despertar con el canto de los pajaros, y dormirte escuchando el viento. Es un placer. Un entorno envidiable, donde disfrutar, paserar y subir a esquiar un rato (debido a su magnífica ubicación), recomendable sin duda. Espero volver muy pronto… gracias x tanta amabilidad y buen hacer…

Nos gustó mucho, dormimos ahí de paso que íbamos a la nieve, y genial. El suelo era radiante, así que había una temperatura agradable dentro, nos contaron la historia del pazo y hasta nos explicaron qué función tenía cada habitación en su momento, por ejemplo, nosotros dormimos en la quesería. El desayuno que viene incluido era bufete libre, así que desayunamos genial.

Un sitio genial, el pueblo super tranquilo, el alojamiento con más personalidad de todos en cuantos me he tenido que alojar, decorado además con un gusto exquisito y todas las comodidades. Además, el personal es super amable ¿se puede pedir más?

Toda la estancia ha sido ideal, desde el camino de llegada (aunque la carretera no sea una autovía tiene unas vistas espectaculares a castaños y robles centenarios) hasta la visita guiada, las estancias donde pasar el tiempo en el pazo, el trato… Y por supuesto la habitación.

Este hotel es una belleza, la decoración te transporta a otra época. Muy cálido y acogedor. Cada habitación tiene su toque especial y al llegar están impecables (soy bastante quisquillosa con la limpieza). La atención del personal fue excelente. Lo único que mejoraría sería el desayuno; es muy casero, casi todo de su propia huerta (mermeladas, frutas) y está muy rico pero es exactamente lo mismo todos los días y no hay variedad, con mi familia nos quedamos 4 días y ya al tercer día estábamos aburridos de desayunar lo mismo. Está algo alejado y es bastante tranquilo, las camas son súper cómodas y se descansa muy bien. La mayoría de los lugares de interés están a 20-30 minutos (panaderías, restaurantes, farmacias, banco etc) igualmente la pista de esquí de Manzaneda que pudimos aprovechar la nieve y fue muy divertido. Gracias por el buen servicio, recomendado!

Es un lugar mágico, maravilloso, con muchisima historia, muy tranquilo. La atención inmejorable, muy atentos y dispuestos. El desayuno y la cena auténticamente ecológicos, ricos y saludables.

Un sitio precioso. Mezclando lo antiguo con lo moderno.

Sitio excelente. Tranquilo, acogedor. Trato amable por parte del personal. el entorno expectacular en éste otoño tan extraño. Sitio totalmente recomendable. Cocina casera y todo de la huerta de pazo.

Simplemente espectacular. Trato inmejorable, buen restaurante, lugar restaurado con muy buen gusto. Obligatoria la visita.

El pazo está recién restaurado con muy buen gusto y respetando su esencia al máximo. Las chicas que lo atienden encantadoras. El día que llegamos, a pesar de ser tarde, y casi fuera de su horario de trabajo, una de las chica nos hizo una visita guiada de las zonas más curiosas, las catacumbas, la mina de agua… una maravilla! La habitación cómoda. Muy de agradecer que pongan a tu disposición zapatillas de casa y albornoz. Por ponerle un pero, el pazo estaba totalmente vacío cuando nosotros fuimos y la habitación estaba algo fría. El desayuno rico, con sus mermeladas caseras. Destacar que tienen leche para intolerantes a la lactosa.

Acudimos a cenar y todo estaba delicioso. El precio normal para la clase de establecimiento que es. Recomiendo asistir a la visita guiada.

Una maravilla de sitio! Decoración, limpieza, atención 10 puntos! Recomendable al 100%

Lugar maravilloso, gente maravillosa, comida riquísima, que mas puedo decir, es un encanto todo ello.

Un lugar con mucho encanto donde desconectar y disfrutar de un entorno rural pero con todas las comodidades, gracias a Isabel que nos recibió y nos explicó todo muy bien.

Un pazo precioso al que acompaña un paisaje de igual belleza.

Simplemente genial. El otro es una maravilla y que decir del personal, son in encanto y hacen que te sientas como en casa Estuvimos una noche en la habitación con hidromasaje que ha sido una pasada. Todo super limpio y cuidando al máximo los detalles. Cenamos allí también dos menús de lujo a cual más rico con productos de su huerta. Sin duda volveremos.

El trato es excelente y el pazo tranquilo y muy bonito.

Lugar estupendo, habitaciones muy acogedoras. Comida excelente.

Totalmente recomendable. Tanto el pazo como su entorno son preciosos y el servicio y la atención excelentes.

Fantástica experiencia, todo perfecto, no puedo decir que irrepetible ya que volveré en la primera oportunidad. Recomendable tanto para senderistas como para el que simplemente busque relax. Muchas gracias.

Es un lugar mágico, muy relajante, con un paisaje increíble, todas sus estancias son impresionantes. Te transportas a otra época. Para poder relajarte y desconectar es el lugar idóneo. Todo de 10, es fantástico. Volveremos a repetir muy pronto!

Pasamos un fin de semana mi pareja y yo de ensueño en esta pazo rehabilitado con tanto encanto. Estuvimos alojados en la habitación de la pena que le da el nombre y no podría haber sido una mejor estancia. Tanto la amabilidad del servicio como la calidad del establecimiento le hace ser insuperable. El desayuno, simplemente perfecto: bica de Trives, Nutella casera y mermeladas hechas con productos de su huerta ecológica hacen las delicias de los más golosos. Sin duda un lugar para ir y repetir.

Las instalaciones están muy cuidadas y su ubicación, cercana a la estación de esquí de Manzaneda, lo convierten en un buen sitio para alojarse, aunque está algo aislado para quienes quieran hacer algo de vida fuera del Pazo. Podría decirse que las instalaciones y los precios están al nivel de un Parador. Nos encontramos con algunos aspectos mejorables en la atención y la gestión que en cuanto les comunicamos recibieron respuesta rápida desde la gestión del Pazo con una serie de acciones para ser corregidas inmediatamente. Sólo por la eficaz respuesta que nos dieron merecen una segunda oportunidad. Con una atención al nivel de las instalaciones, el sitio merecerá sin duda alguna la pena.

Descubrimos este año el llamado “Outono Gastronómico” de la Xunta, ahí fue donde dimos con este Pazo.
Es la segunda vez que nos alojamos, la primera en una habitación normal y la segunda en una suite con jacuzzi.
Completo, buena ubicación, a 17 min de cabeza de Manzaneda, grande y con unas vistas preciosas. Las habitaciones son muy amplias, cómodas, tranquilas, todas muy bien decoradas, ambientadas y limpias. Han sido dos estancias increíbles, de las cuales estamos muy contentos y queremos destacar sobre todo el arropamiento, servicio y hospitalidad tanto del dueño Manuel Rial, como de su empleada Isabel.
Cuando decimos que es un pazo muy completo, hablamos de que tiene una historia bastante amplia de la que tuvimos el placer de disfrutar y ver en compañía de Manuel.
Consta de 15 habitaciones y estancias de ocio, de las que se pueden disfrutar tanto en pareja como en familia ; Comedor, capilla, lareira, sala con chimenea, biblioteca, cuarto de lectura, cuarto de ocio, sala de cine, terraza, patio interior, bodega y un museo basado en antigüedades del pazo.
Tiene parking y zonas exteriores privadas alrededor del pazo por donde se puede pasear y disfrutar del paisaje.
Nos ha contado la historia de que por debajo del pazo existen unos túneles que antiguamente se usaban para socorrer a este en caso de emergencia, además de la mina de agua, a los cuales hemos podido entrar y observar.

Nuestra estancia en el Pazo ha sido una experiencia extraordinaria. La belleza del entorno es innegable, la calidad del alojamiento indiscutible y la oferta gastronómica muy buena y abundante. Aun así, para nosotros la diferencia la ha marcado el trato del personal: cercano, amable y diligente. Muchas gracias a Isabel y Mª Jesús.