Hotel San Miguel

Hotel

Calidad precio, muy buena, además muy bien cocinado. Especial.

Lugar muy acogedor, servicio muy amable y comida espectacular.

Buen hotel para dormir y comer, buenos precios para ser en Santiago.

Mi experiencia es fantástica es un hotel lleno de encanto y un trato cálido, agradable y en lo q se refiere al cuidado d las habitaciones y zonas comunes, un 10 espero algún día poder volver, se lo recomiendo a todos los q quieran disfrutar de una buena estancia.

Se dice que un hotel de 3 estrellas, pero se merece más. No he comido allí, así que no puedo juzgar sobre la comida, pero el hotel, la ubicación, las habitaciones son extraordinarias, tanto en tamaño y estándar. Yo no sólo tenía una habitación doble, pero también una galería para estar en privado y fantástico spa-las instalaciones. El personal fue muy agradable y servicial.

Excelente ubicación, buenas habitaciones, había variado desayuno.

Un hotel acogedor y con una situación envidiable, las habitaciones son muy espaciosas y el restaurante merece una visita aunque no te alojes en el hotel.

Antes alojaba al restaurante Broa, ahora es el Restaurante Tragaluz, hermano del Texturas Galegas. Restaurante tranquilo, con una terraza muy bonita para tomar algo, con platos muy ricos (aunque no excesivamente baratos). Menú del día de 12€, degustación de 22€, y a la carta puede salir por unos 20-30€ por persona.

Un hotel encantador. Muy buena ubicación en la ciudad vieja, tranquila por la noche, sólo tres mente a pie de muchos lugares para comer. Sala contemporánea al estándar más alto.

Muy buena comida en el menu.

Excelente trato. La atencion de las habitaciones es invisible pero efectiva. El personal de recepcion con el mejor trato que se pueda pedir.

El Restaurante Broa tiene muy buena presencia, con una disposición de la sala frente al jardin formando ambos un conjunto muy agradable. Hay música ambiental que no molesta. El menú no presenta novedades respecto a la cocina tradicional de muchos otros, correcto, con platos bien presentados y cantidad suficiente. Pequeños problemas: El restaurante está vacio cuando llegamos, hay veinte mesas aprox. Son mesas en grupos de 4 ó 2 que se pueden separar. ¿Podemos sentarnos junto a la ventana?. No, es que es de cuatro esa mesa. Tiene que ser una de dos. Mire, no hay nadie, No, lo siento, pueden venir. Cuando nos vamos hora y media más tarde, hay tres mesas ocupadas y las ventanas practicamente vacias. Esto pasa en bastantes lugares, no se molestan en separar las mesas para satisfacer al que ha llegado primero, si las mesas se separan, que junten a cuatro en otro sitio. Bueno, son detalles creo, de falta de reflejos con el cliente El precio para dos personas con tres platos compartidos, dos copas de vino y un postre, 30 euros por persona. Tampoco es barato.