Buil & Gine Wine Hotel

Hotel

Almuerzo brillante, recomiendo encarecidamente.

Fuimos a una visita guiada con cata de vinos a Buil & Giné. Lo pasamos muy bien, la experiencia maravillosa y el trato genial. Los vinos exquisitos. Sin duda repetiremos.

Esta bodega es grande. Cuando estuvimos allí había un mercado de vacaciones, así que estaban vendiendo queso y productos artesanales. El vino es excelente y con un precio acorde. El paisaje era precioso y la excursión era informativa (en catalán) pero carecía de carácter. Sonaba un poco demasiado como él había dado la excursión demasiadas veces para estar emocionado. :-/. El personal de ventas era correcto, pero no excesivamente amable o acogedor. Fieltro corporativo. Sin embargo, una buena experiencia.

Visita agradable y muy bien explicada. Recomendable.

Fuimos tras visitar la bodega y hacer la cata. Hay 2 menús, uno de 30 € con bebida, cafes e iva a parte y otro de 42€. Tomamos el barato que nos pareció bastante abundante y nos recomendaron un vino "Dido" quier fue todo un acierto. La comida toda espectacular, muy buena en calidad y elaboración. El entorno muy agradable. Ni la visita a la bodega ni la cata nos impresionó

Excesivo precio por lo que te ofrece el hotel. No lo recomiendo.

Sorprendente restaurante en pleno Priorat. Las vistas son preciosas y te encuentras rodeado de viñedos con una calma asombrosa. Piensas que nada podra superar tus sensaciones hasta que te sientas en la mesa y comienzas a saborear un menu con un precio mas que razonable. Los entrantes son excelentes, combinando texturas sabores temperaturas con una gran sutileza, destacada la corteza de arroz con melocoton yogur cebolla que nos lanza a la estacion en la que nos encontramos y nos muestra en un pequeño bocado una trocito de la naturaleza. Continuan con una ensalada muy bien combinada y acompañada con un pan perfectamente horneado por ellos y un aceite de arbequina superequilibrado. Nos podian haber decepcionado con el cambio de carne en el menu, ya que nos ofrecieron un cordero a cambio de la presa iberica inicial del menu, pero nos fuimos en direccion contraria a la decepcion, vaya espaldita de cordero nos sirvieron, de emocion, y siempre acompañado con muchos elementos perfeectamente combinados, como un aceite de ajo negro, una miga de pan con tomate y caviar de aceite… pero claro, lo mejor estaba por llegar, un postre mas que perfecto, bizcocho superesponjoso, helado de vainilla, crema de calabaza, muosse de citricos, espuma de mandarina, no recuerdo el nombre del plato, pero lo que quedara en mi mente es el silencio que se produjo en la mesa durante unos minutos, los que tardamos en vaciar nuestros platos y hacer nuestras combinaciones personales con el.

Molt tranquil I molt bo tot.

Realmente hermoso y sabroso lugar. El menú no es grande, pero real delicioso!

Una buena experiencia entre vinos. El restaurante es muy muy recomendable.

No os dejéis engañar por las apariencias las habitaciones son una forma más de hacer rentable el Celler. Y como son sólo 2 habitaciones y un apartamento, no hay personal para atenderlos. No hay recepción en el hotel, con lo que la mayor parte del tiempo estás desatendido, y si surge algún problema, o urgencia sólo tienes la opción de llamar a dos nªs de móbil, que no tienen porque estar conectados o por lo menos no contestan. el servicio de limpieza, se limita al cambio de toallas, sin limpiar sanitarios ni el resto de la habitación, así que si pasas más de una noche, esto se va notando. del mismo modo si algo no funciona o se rompe en la habitación, no se reemplaza, por lo menos en la que nosotros estuvimos. cuando consigues ponerte en contacto con el propietario para manifestar tus quejas, la respuesta, no muy educada, es del tipo, si tan mal está la habitación por qué no te ibas la 1º noche? todo esto por el módico precio de 130 Euros noche, desayuno incluido.

He tenido el placer de alojarme un fin de semana en el apartamento-suite muy bien equipada, cocina preciosa con todos los detalles, cama grande y muy cómoda, y una ducha hidromasaje que se disfruta al máximo. Se puede ver una puesta de sol muy bonita desde la mismo balcón de la habitación. También realizamos una visita por el celler y sus bodegas con cata de vino, que por supuesto tras su explicación de la elaboración que tenia no dudemos en comprar unas botellas para poder llevarnos a casa y saborear esta delicia con el buen sabor de boca que nos dejó toda nuestra estancia. Y agradecer la amabilidad de Vanesa, por lo agusto que nos hizo sentirnos con su atención en todo momento.