Alberg Can Ribals Hotel

Lo único bueno son las vistas del Cadi.

En general bastante bien. Muy bien de precio. La comida un poco floja. Para desayunar no hay mucha variedad y la cena estaba fria y el pollo y patatas duras. Por lo demas bien. Acorde con el precio.

Hemos estado en agosto y ahora en septiembre hemos vuelto a repetir. Nos ha encantado. Hemos comido genial y hemos recibido un trato excepcional de todos los trabajadores de la casa. Recomendable 100% volveremos!

A pesar de las opiniones negativas que había de este sitio, decidí ir por sus espectaculares vistas y por si habían mejorado un poco. Pero me trataron de manera tan irrespetuosa que preferí irme a la 1.30 de la madrugada que pasar una noche allí. Con la de gente amable que hay por los albergues pirenaicos, no tenéis por qué aguantar los malos modos de esta gente.

El fin de semana 12/13 de marzo 2016 estubimos en este alberge, y la verdad fue una desilusion, el año pasado estubimos y fue bien. Este año la habitacion estaba sucia, la comida dejaba bastante q desear, el servicio ausente, la sala de juegos parecia q habia pasado un huracan por ella, permitian q los niños sacaran los jugete de la sala y te ibas tropezando con ellospor la planta baja, no se hizo respetar el horario de descanso y hasta las 12.30 de la noche habia ruido, el servicio y organizacion de comidas muy malo. No lo recomiendo.

Estuve un par de noches y me pareció genial. Lo recomiendo.

Mala comida, poco cómodo pero buen trato y barato.

Reserva estafa. Hola. En la Cerdanya siempre se pasa bien, aunque tropieces con algún embustero timador. Es lo que nos ha pasado este fin de semana. Con mucho tiempo de antelación reservé por teléfono una habitación doble en ALBERG CAN RIBALS. Una noche según constaba en la página 11 de FENT PAÍS. Otra, la segunda, por mi cuenta. Al llegar nos dice el tipo de recepción que era un albergue y no había habitaciones dobles. Nos quedamos sorprendidos y le dije que había reservado sin ninguna objeción y que en el catálogo de FENT PAÍS lo ponía, — era un regalo. Ante nuestra sorpresa nos dice que era igual, que teníamos, sólo para nosotros, una habitación con muchas camas y que podríamos dormir cada noche en una diferente, a nuestro antojo. Encima era un cínico estúpido. Salimos a pasear, ver la fira que celebraban el día 10 en Martinet, cenamos y al regresar a la habitación había una pareja joven ocupando sus literas. Por la mañana, tras el desayuno (muy bueno, bien organizado, cocineras amables, buen ambiente familiar de todos los alberguistas) mirando las informaciones colgadas por los tablones de anuncios vemos que SÍ EXISTÍAN HABITACIONES DOBLES, como yo había reservado. Tras llamar al teléfono de contacto y hablar con el tipo que se puso, el cínico embustero de la tarde anterior, recogimos y nos fuimos de excursión. Ya habíamos reservado habitación en casa rural de la zona por un precio similar al que nos habían pedido en ese ALBERGUE para la segunda noche.