Señorío de Monterruiz Hotel

Fue un grato descubrimiento. Teníamos que hacer un viaje de Cadiz a Barcelona en coche con un bebe y decidimos coger esta casa rural a medio camino para hacer noche. Avisamos que nuestra llegada sería de noche y allí estaban los propietarios para recibirnos y darnos de cenar. Fueron muy atentos en todo momento. En la cena nos dieron a probar el vino que ellos mismos producen y embotellan, y del que están muy orgullosos. Nos tenían preparada la cuna para nuestro bebe. En el desayuno todo está hecho por los dueños: bizcocho, rosquillas, mermelada… delicioso todo. El baño (con jacuzzi) y el salón era compartido con otra habitación pero no había nadie. Había Wi-Fi gratis. Una pena que nos nos diera tiempo a hacer la visita donde enseñan como realizan los vinos y a realizar la cata. Me dejó muy buen sabor de boca y con ganas de volver en un futuro para estar más tiempo.

Nos alojamos durante un fin de semana en la casa rural. La atención desde el primer momento en que contacté fue excelente, el ambiente es relajado y de desconexión total de la rutina. Se come muy bien, todo casero y autóctono, destacando el buen vino, por supuesto. La casa tiene un aire tan antiguo como bien conservado, hay un museo y una bodega que pacientemente te muestran, y hay lugares cercanos interesantes para ver como puede ser Alarcón, Villahermosa de la Jara y apenas tienes a 95km la ciudad de Cuenca. El pueblecito en sí es pequeñito, y se accede a él a través de una pequeña carretera rodeada de parrales y zonas de siembra. Es un lugar que recomiendo si vas buscando desconectar, buenos paisajes y pasar unos dias relajados.