Hotel Villa Maria

Hotel

Zona tranquila, perfecto para desplazarte con coche por toda la comunidad de Cantabria, a 10 minutos de las playas de Santander, amabilidad, simpatía y comida buena y de calidad.

Comida de calidad y en cantidad y buena gente.

El trato de el señor que se pone al mando tira al traste todo el trabajo de el equipo que tiene trabajando, no es la primera vez que le veo hablar de forma maleducada a los clientes… hacer comentarios despectivos sobre su clientela y no llevar un protocolo correcto en la higiene del servicio de barra, para colmo y por causas familiares hemos tenido que contratar una habitación para que Se alojasen unas personas que vienen desde la otra punta del país… les ha metido en un zulo y no les da ninguna solución para poder hacer su estancia más agradable, nos vemos en la obligación de tener que buscar otro alojamiento porque nos parece una vergüenza.

Yo e estado comiendo con las leyendas de cantabria y me a parecido buena su comida.

Por el precio de las habitaciones están más que recomendable, muy limpio y nuevo todo.

Muy lejos de todo, sin ruidos, la comida aceptable, y las vacas es lo curioso jajaja no ofrecen Leche recien ordenada lo que atraen son Moscas. Pero por lo general bien y economico.

El hotel está a unos 15 min. Del centro de Santander, un poco apartado de la ciudad (en un pueblo cercano) y es bastante acogedor. Con ascensor y con pinta de rehabilitado, la habitación era bastante nueva, bien aislada acústicamente (no se oía ni un ruido) y limpia (sin olores raros ni manchas). El aire acondicionado funcionaba perfecto, el Wi-Fi también funcionaba extrañamente bien, también había suficiente champú/gel en el baño y un secador de pelo. No había persianas así que las cortinas tenían una tela opaca que tapaba la ventana. Al entrar hacía muchísimo calor, pero el aire acondicionado no tardó en refrescar la habitación. Enfrente, un campo con vacas, por la mañana no es de extrañar un ligero olor a abono o similar (pero tampoco desagradable). Al fin y al cabo está en medio del campo. El coste de la habitación familiar nos salió por unos 120€, no me parece caro para 5 personas. No incluye desayuno, aunque los precios del bar tampoco son desorbitados para desayunar. Tienen aparcamiento interior suficiente. El personal fue muy majo. Repetiría.

Relación calidad precio mala, 20 minutos de Cabarceno, en mitad de un pueblo. El personal correcto. La habitación normal con cama cómoda. Al lado de un bar donde desayunar por 5, 50€ dos personas.

El paisaje es una maravilla, huele un poco mal, pero es normal por las vacas… El hotel es un poco viejuno, pero adaptado, con ascensor. La habitación estaba limpia y aseada, aunque la cama no era muy confortable. La atención por parte del personal buena y agradable, exceptuando un hombre mayor que estaba en la cafetería que nos habló de forma despectiva. Lo recomiendo si vais de paso por Santander, para una noche, si cambian las camas a viscoelásticas, más.

No me he sentido muy bienvenido. El edificio era agradable y la habitación era muy agradable también. Papel de paredes delgadas. Me desperté a las 5 am por la pareja junto puertas de los rituales de apareamiento y hay chat después. Probablemente disfrutará más si hablaba español.

Servicio aceptable. Restaurante con buena comida y parking gratuito. Recomendable.

El hotel muy limpio y agradable. Fallaba un poco la simpatía del personal.

Un ambiente agradable y tranquilo para tomar un postre casero o pasar una tarde con los niños.

Las habitaciones amplias y limpias. El desayuno que no estaba incluido, fue espectacular y muy asequible. Recomendable. Yo particularmente volveré con la familia.

Relación calidad precio buena. Tranquilo y rodeado de naturaleza. Las habitaciones están muy bien. El servicio de limpieza trabaja muy bien. Buena atención en recepción. Bien situado. A 12 min de Santander y también de Cabárceno. Si vuelvo a Cantabria pienso repetir.

Voy amenudo alli con los amigo a tomar algo y la verdad se esta de lujo ya que sobre todo la terraza para estar fuera esta muy bien aun siendo invierno no pega tanto el frio ya que tiene para resguardarse y el servicio esta muy bien.

El hotel acorde con el precio. En el restaurante la atención al cliente deja mucho que desear, sobre todo el que parece ser el dueño, que es desagradable y mal educado. La comida buena.

Si sólo piensas dormir, está relativamente bien. Realmente sucio Lo peor en mi opinión: Salvo por las camas, que son más duras que el pan de cada día en este sitio (que lo calientan para que parezca fresco pero luego se convierte en un trozo de sílex capaz de herir a sus bordes empleados), las habitaciones no están demasiado mal. Sin embargo, se puede encender la luz con cualquier tarjeta medianamente gruesa y si no se cierra con varias vueltas de llave se puede abrir dándole un golpe. Las vistas son o a la basura de aparcamiento o al patio terraza descuidado. Las duchas hacen un ruido que puede despertar a los ñus de Cabárceno y el secador otro tanto. La habitación disponía de radiador sucio y helado, lámpara y teléfono, todos desenchufados, lo cual es comprensible al haber sólo tres enchufes poco accesibles desde la cama. El desayuno: el Donut está bastante bien, comprado hace "poquito", el zumo de naranja no es naranja, es piña. Aunque el café está malo, como no hay nada mejor en toda España no puedo decir (está malo). El embutido: más que jamón York parece jamón de zombi. La fruta es más mala que pegar a un padre. Los pinchos de pena Considero como gallego que soy, una ofensa que el pescado que sirven no llega a la calidad de bazofia. No podías abrir la ventana porque entraban escuadrones de mosquitos provistos de un hambre y sed por carne y sangre.

Estupendo! Nos ha encantado, TRANQUILO, y no faltaba de nada. La habitacion amplia, cómoda y limpia. El personal agradable y las vistas perfectas, nunca habia tenido el placer de poder ver a las vacas dormir cerca y disfrutar a la vez de un cielo espectacular. Está cerca de todo y con buen acceso. Nos planteamos volver y alojarnos en el mismo sitio. Nos llevamos un buen sabor de boca de Cantabria en general.

Estuvimos alojados por motivos de trabajo y la verdad es que quitando el problema de calefacción de mis compañeras en su habitación, nosotros no tuvimos ningún problema, todo perfecto.

Hotel muy familiar precio muy económico y buenas habitaciones el servicio de comedor y cafetería muy bien y buen precio.

Un lugar bueno para tomar algo, cuenta con una amplia terraza, es comodo y acogedor para hospedarse.

Buena atención y buen servicio. Destaco como anécdota que el baño había una gotera por el velux. Del resto todo genial.

Un poco caro en bebidas para mi gusto.

Buen restaurante con amplio aparcamiento, la comida que nos sirvieron estupenda, de verdad muchas gracias he cogido algunas ideas para cocinar.

Atención fatal. Jente mentirosa diciéndonos q estaba todo completo x no darnos una habitación en planta superior. Los baños desprenden mucho olor x las cañerías. Arañas en la habitación. Un desastre. Lo bueno de todo, q solo pasamos una noche y no volvemos jamás. No lo recomiendo.

Personal desagradable, teniendo abierta la cocina se niegan a dar comidas en terraza incluso ofreciéndonos a sacarnos los platos nosotros mismos. No volveremos.

La ubicación es excelente. ¡ una hora a pie de las dos provincias de Asturias y el país Vasco y a 10 minutos de Santander! El desayuno era muy bueno. El personal era muy amable y servicial. ¡Recomendar!

Lo único bueno que puede ofrecer es una buena ubicación de cara a visitar Santander capital y el Parque de Cabárceno. La limpieza lucía por su ausencia. Desayunos caros y malos.

Nos hemos hospedado mi marido y yo y muy bien, lo necesario para descansar. El hotel tiene en un edificio justo al lado la cafetería, bastante grande, allí hemos desayunado unos cruasanes recién hechos, muy ricos. Normalmente, tienes que preguntar allí lo que necesites de recepción, porque en recepción no hay nadie, pero no es un problema. Es muy tranquilo, limpio y cerca de la autovía. Justo lo que necesitábamos.

Sin pedirle al olmo, es un hotel para hacer un alto en el camino, lo mejor la atención y simpatía del personal. En especial Noelia.

Un hotelito acogedor y tranquilo… ideal para hacer un alto en el camino!

Es un lugar pintoresco. El servicio es bueno. Precio económico. En restaurante las raciones son de calidad, abundantes y con buen precio.

Tranquilo y acogedor, ambiente rural, pues se sitúa en medio de unos prados de vacas. Buen precio, habitación doble por 50 euros por noche. Restaurante en el complejo con un menú del dia muy bueno por 12 euros.

Esta en un pueblo de Santander llamado revilla de camargo, el hotel es grande y tiene Wi-Fi disponible, las habitaciones son buenas y el servicio tambien.

Muy tranquilo. Se come bien. Difícil de encontrar. Personal desbordado con el trabajo. Ellos no tienen la culpa.

Sentimientos encontrados… hemos comido aqui… y algunos de los platos nos han gustado mucho pero otros eran decepcionantes.

Habitación bien limpia el servicio bien.

De limpieza cero, todo lleno de polvo se lo dijimos a gerente se rio y dijo que eso era cosa nuestra. Menuda contestación a unos clientes de cafetería en fin … no volveremos.

Restaurante acogedor para tomar una cerveza en su terraza o una cena en pareja.

Tardan mucho en salir a la terraza, hasta el punto de tener que entrar yo a pedir y llevar hasta la mesa.

Es tranquilo se come bien buen trató

Gran servicio y fantástica terraza.

Buen menu y buena relación calidad precio.

Muy sucio y poca atención.

El hotel es bastante sencillo pero suficiente aunque no tiene bastante potencia en el Wi-Fi y no debes abrir las ventanas por las moscas de las granjas de detras.