Comentario del Hotel Salvador 3*

Si quieren alojarse en fin de semana en un sitio donde poder dormir, no pongan un pie aquí. Estuvimos una noche, de viernes a sábado. Las habitaciones, tipo bungalow, dan todas a la terraza del bar-restaurante del establecimiento (abierta hasta las 2h de la madrugada), un chiquipark (hasta la 1h de la madrugada) y un campo de fútbol cubierto con paredes de plexiglas (a las 00'30h de la noche todavía estaban jugando). Nuestro hijo de 3 años no pudo dormirse hasta pasadas las 12, de puro agotamiento (y cubriéndose los oídos). El alboroto y el jaleo de fuera era inaguantable: gritos y risas de los clientes de la terraza, ruido de niños jugando, pelotazos en las paredes del campo de fútbol, etc… Llamamos a recepción 2 veces entre las 23 y las 23'30h y nos dijeron que pedirían a la gente que bajaran la voz, pero que no podían hacer mucho porque eran clientes y estaban disfrutando de la terraza. Aparentemente, si eres solo cliente del hotel, no tienes derecho a descansar y estás a merced de los usuarios de la terraza y demás. El ruido cesó finalmente hacia las 1'30h. Al día siguiente, el recepcionista, muy amable, se disculpó diciendo que había sido una ocasión excepcional porque no suelen ofrecer habitaciones en fin de semana, cosa difícil de creer porque celebran bodas, comuniones, etc, y alojan a los invitados de dichos eventos. Quizás deberían de alquilarlas solo a esos invitados y, si quieren armar jaleo, al menos están todos en la misma onda. Lo que está claro es que a nosotros nadie nos devuelve la mala noche que pasamos ni el dinero que pagamos por ello. Para compensar, nos invitaron a los desayunos. Rellenamos una hoja de reclamación, a la cual nos han contestado con la misma excusa que nos dieron en persona: que no suelen alquilar habitaciones en fin de semana y que fue mala suerte. Deberían de velar por los intereses de todos sus clientes, no sólo de una parte de ellos. Y ante una situación de este tipo, tener la decencia de no cobrarte por la noche.