Desde nuestra llegada supimos que este era un lugar especial. Después de aparcamiento, caminando a la zona de recepción y fueron recibidos por Juan Carlo. Era increíblemente Cortés, amable, agradable y acogedor como éramos amigos que habían llegado para una visita… todo lo que usted deseaba que alguien en la industria de la hospitalidad fue. También terminó esperando en nuestra mesa una noche y para ambos desayunos (más en eso en un minuto).
Nos mostró a nuestras habitaciones, donde tomó el tiempo brevemente señalar poco características que estaban disponibles para nosotros y cómo hacer que nuestra estancia lo más confortable y relajante posible. Hemos caído nuestras maletas e inmediatamente fueron dibujados al muy gran balcón con vistas a la selva inmediata y el estrellarse las olas en la costa más allá de los árboles. El balcón tenía dos sillas cómodas y una pequeña mesa, perfecta para disfrutar de una taza de café y leyendo un libro cuando llueve por la tarde vino en (estábamos allí durante la temporada verde). La cama era cómoda y la habitación sentía muy amplio y luminosas, gracias a los techos altos y ropa de cama blanca. El baño era más que suficiente con una zona de ducha de tamaño considerable y contador de taller para el fregadero (todos ustedes personas taller pueden relacionarse con que lindo es! ).
Para cenar que optamos por probar el restaurante en el Hotel la primera noche, la sala de bambú, que se oyó fue uno de los favoritos local. Nos reunimos a Chuck, que estaba jugando esa noche (el restaurante cuenta con música en vivo todas las noches) y fueron atendidos rápidamente por nada menos que de Juan Carlo, que nos tenía en. Ordenamos bebidas y aperitivo: el camarón BamBOOM. Los cuatro camarones no sólo servidos sobre una cama pequeña de verdes. Sentí que era una ensalada de entrada que nos dieron para dividir! Y fue delicioso! Mi esposa ordenó el atún de Wasabi, mientras tenía el diario coger que pasó a ser la lubina. Ambos eran perfectos. De hecho, mi esposa le encantaba tanto el atún que casi cada bocado fue acompañado por un suspiro audible. Casi una "Voy a tener lo que ella tiene" clase de plato. ;)
Poco después llegó nuestra comida, conocimos a John, el dueño leemos mucho. Él nos saludó, a algunas preguntas, y antes me sentía como estábamos charlando como viejos amigos. Él nos compró una bebida, luego nos envió un pequeño postre de la casa cuando él se enteró de que estábamos celebrando nuestro aniversario. Nos encantó tanto que decidimos omitir los otros restaurantes bien revisados y altamente calificados en el área porque nos sentimos como encontramos nuestro lugar. John jugó la segunda noche y realmente lo disfrutamos. Conoció a su esposa, Janet, la segunda noche y sentía lo mismo… charlando como viejos amigos.
Desayuno cada mañana era simple, pero muy sabrosa. Las vistas, como se mencionó anteriormente, fueron una forma absolutamente impresionante de empezar el día. La segunda mañana, nos volvió a hablar con Janet y quiso llegar a saber más sobre su familia y lo cayeron en amor con Costa Rica, y Ojochal en particular.
Esto realmente sentí como si hubiéramos sido acogidos en la casa de un viejo amigo que no has visto en mucho tiempo.
Una pieza de aconsejar yo te daría, es que usted en contacto con ellos directamente para reservar su habitación. Sitios de terceros reserva aferran a una parte considerable, y John y Janet son el tipo de personas que quieran apoyar en todas las formas posibles.
No pierda usted tiempo y dinero buscando en otros lugares más caros. Este lugar es realmente el ALMA ("alma" en Español) de Ojochal.
Nos mostró a nuestras habitaciones, donde tomó el tiempo brevemente señalar poco características que estaban disponibles para nosotros y cómo hacer que nuestra estancia lo más confortable y relajante posible. Hemos caído nuestras maletas e inmediatamente fueron dibujados al muy gran balcón con vistas a la selva inmediata y el estrellarse las olas en la costa más allá de los árboles. El balcón tenía dos sillas cómodas y una pequeña mesa, perfecta para disfrutar de una taza de café y leyendo un libro cuando llueve por la tarde vino en (estábamos allí durante la temporada verde). La cama era cómoda y la habitación sentía muy amplio y luminosas, gracias a los techos altos y ropa de cama blanca. El baño era más que suficiente con una zona de ducha de tamaño considerable y contador de taller para el fregadero (todos ustedes personas taller pueden relacionarse con que lindo es! ).
Para cenar que optamos por probar el restaurante en el Hotel la primera noche, la sala de bambú, que se oyó fue uno de los favoritos local. Nos reunimos a Chuck, que estaba jugando esa noche (el restaurante cuenta con música en vivo todas las noches) y fueron atendidos rápidamente por nada menos que de Juan Carlo, que nos tenía en. Ordenamos bebidas y aperitivo: el camarón BamBOOM. Los cuatro camarones no sólo servidos sobre una cama pequeña de verdes. Sentí que era una ensalada de entrada que nos dieron para dividir! Y fue delicioso! Mi esposa ordenó el atún de Wasabi, mientras tenía el diario coger que pasó a ser la lubina. Ambos eran perfectos. De hecho, mi esposa le encantaba tanto el atún que casi cada bocado fue acompañado por un suspiro audible. Casi una "Voy a tener lo que ella tiene" clase de plato. ;)
Poco después llegó nuestra comida, conocimos a John, el dueño leemos mucho. Él nos saludó, a algunas preguntas, y antes me sentía como estábamos charlando como viejos amigos. Él nos compró una bebida, luego nos envió un pequeño postre de la casa cuando él se enteró de que estábamos celebrando nuestro aniversario. Nos encantó tanto que decidimos omitir los otros restaurantes bien revisados y altamente calificados en el área porque nos sentimos como encontramos nuestro lugar. John jugó la segunda noche y realmente lo disfrutamos. Conoció a su esposa, Janet, la segunda noche y sentía lo mismo… charlando como viejos amigos.
Desayuno cada mañana era simple, pero muy sabrosa. Las vistas, como se mencionó anteriormente, fueron una forma absolutamente impresionante de empezar el día. La segunda mañana, nos volvió a hablar con Janet y quiso llegar a saber más sobre su familia y lo cayeron en amor con Costa Rica, y Ojochal en particular.
Esto realmente sentí como si hubiéramos sido acogidos en la casa de un viejo amigo que no has visto en mucho tiempo.
Una pieza de aconsejar yo te daría, es que usted en contacto con ellos directamente para reservar su habitación. Sitios de terceros reserva aferran a una parte considerable, y John y Janet son el tipo de personas que quieran apoyar en todas las formas posibles.
No pierda usted tiempo y dinero buscando en otros lugares más caros. Este lugar es realmente el ALMA ("alma" en Español) de Ojochal.