Me decepcionó mucho el "Wiener Früstuck" de este café.
Por un precio bastante barato (5, 90 euros) nos sirvieron una discreta mezcla, un huevo hervido, mantequilla, nutella y mermelada (en una pequeña cantidad limitada), un poco de pan y-aquí vienen los dolores-el horrible "Pariser" vienés, que es el "brioche" que Nos referimos a nosotros.
En cualquier panadería de Viena se encuentran los mejores parisinos o croissants de estos: pequeños, secos, claramente chamuscados de cocción excesiva, probablemente incluso antiguos. Después de probarlos, básicamente nos negamos a seguir adelante y nosotros, un poco polémicos, dejamos allí. Yo hubiera preferido pagar un par de euros más pero para tener por lo menos croissants decentes.
Pero no.
Pero no termina aquí.
En el momento de pagar a la camarera, en un inglés áspero, ella nos hace notar-con una elegancia notable debo decir, que no habría esperado en una habitación en el centro de Viena-que "la mancha no está incluida"!
Estábamos con la boca abierta: pero ¿cómo, después de un desayuno menos que mediocre también pido un Consejo?
Obviamente nos negamos a dejarla y en realidad nos indicó que los parisinos eran viejos o de lo contrario muy malo.
Su respuesta fue "no, son geniales, son buenas y lo hacemos nosotros mismos cada mañana. " Admitir que eran por lo tanto frescos-que dudo-fueron quemados seguramente y claramente.
Por lo tanto, evitaremos cuidadosamente este café, que también parecía prometedor; Es mejor desayunar en otro lugar-y quizás dar una buena propina.
Por un precio bastante barato (5, 90 euros) nos sirvieron una discreta mezcla, un huevo hervido, mantequilla, nutella y mermelada (en una pequeña cantidad limitada), un poco de pan y-aquí vienen los dolores-el horrible "Pariser" vienés, que es el "brioche" que Nos referimos a nosotros.
En cualquier panadería de Viena se encuentran los mejores parisinos o croissants de estos: pequeños, secos, claramente chamuscados de cocción excesiva, probablemente incluso antiguos. Después de probarlos, básicamente nos negamos a seguir adelante y nosotros, un poco polémicos, dejamos allí. Yo hubiera preferido pagar un par de euros más pero para tener por lo menos croissants decentes.
Pero no.
Pero no termina aquí.
En el momento de pagar a la camarera, en un inglés áspero, ella nos hace notar-con una elegancia notable debo decir, que no habría esperado en una habitación en el centro de Viena-que "la mancha no está incluida"!
Estábamos con la boca abierta: pero ¿cómo, después de un desayuno menos que mediocre también pido un Consejo?
Obviamente nos negamos a dejarla y en realidad nos indicó que los parisinos eran viejos o de lo contrario muy malo.
Su respuesta fue "no, son geniales, son buenas y lo hacemos nosotros mismos cada mañana. " Admitir que eran por lo tanto frescos-que dudo-fueron quemados seguramente y claramente.
Por lo tanto, evitaremos cuidadosamente este café, que también parecía prometedor; Es mejor desayunar en otro lugar-y quizás dar una buena propina.