El Viaducto de Millau es una impresionante estructura de ingeniería ubicada en la localidad de Creissels, en el sur de Francia. Este viaducto es considerado uno de los puentes más altos y largos del mundo, y se ha convertido en un símbolo icónico de la región.
El viaducto fue diseñado por el arquitecto británico Norman Foster y el ingeniero francés Michel Virlogeux, y su construcción se completó en el año 2004. Con una longitud total de 2.460 metros, el viaducto cruza el valle del río Tarn, conectando las mesetas de Larzac y Causse Rouge.
La estructura del viaducto es impresionante. Está compuesta por siete pilares de hormigón armado, que se elevan hasta una altura máxima de 343 metros sobre el nivel del suelo. Estos pilares sostienen un tablero de carretera de acero y hormigón, que tiene una anchura de 32 metros y puede albergar hasta cuatro carriles de tráfico.
El diseño del viaducto es elegante y moderno, con líneas curvas y una apariencia ligera y aerodinámica. Su construcción requirió el uso de tecnologías avanzadas, como la prefabricación de los elementos estructurales y el uso de grúas de gran capacidad.
El Viaducto de Millau ha sido reconocido internacionalmente por su innovación y belleza arquitectónica. Ha recibido numerosos premios y ha atraído a visitantes de todo el mundo. Además de su función como puente de carretera, el viaducto también cuenta con áreas de descanso y miradores, desde donde se puede disfrutar de impresionantes vistas panorámicas del paisaje circundante.
En resumen, el Viaducto de Millau en Creissels es una obra maestra de la ingeniería y la arquitectura moderna. Su diseño audaz y su ubicación impresionante lo convierten en un destino turístico popular y en un hito emblemático de la región.