El Río Limay es uno de los principales ríos de la provincia de Neuquén, ubicado en la región patagónica de Argentina. Con una longitud de aproximadamente 380 kilómetros, nace en el lago Nahuel Huapi y desemboca en el río Negro.
El río Limay es conocido por su belleza escénica y su importancia como recurso hídrico para la región. Sus aguas son de un color azul intenso y cristalino, lo que lo convierte en un lugar ideal para la práctica de actividades acuáticas como la pesca deportiva, el kayak y el rafting.
A lo largo de su recorrido, el río Limay atraviesa diversos paisajes, desde montañas y bosques hasta valles y estepas. Su cauce está rodeado de una exuberante vegetación, con árboles autóctonos como el coihue y el ciprés de la cordillera. Además, es posible avistar una gran variedad de aves y animales como el cóndor, el guanaco y el ciervo colorado.
El río Limay también es famoso por sus numerosos embalses y represas, que son utilizados para la generación de energía hidroeléctrica. Estos embalses, como el de Piedra del Águila y el de Alicurá, forman grandes espejos de agua que contrastan con el paisaje circundante y ofrecen la posibilidad de practicar deportes náuticos como la navegación a vela y el windsurf.
Además de su belleza natural, el río Limay tiene una gran importancia histórica y cultural para la región. Durante miles de años, ha sido habitado por diversas comunidades indígenas, como los mapuches y los puelches, que han dejado su huella en la zona a través de sus tradiciones y costumbres.
En resumen, el río Limay es un verdadero tesoro natural de la provincia de Neuquén. Sus aguas cristalinas, su diversidad de paisajes y su importancia como recurso hídrico lo convierten en un lugar único para disfrutar de la naturaleza y practicar actividades al aire libre.