Encantador hotel de estilo antiguo dirigido por el gremio cristiano, con una larga calzada de barrido y excepcionales vistas de gran alcance. El personal es excepcional y nada es demasiado problema. El sitio tiene una piscina que es un corto pero muy empinada caminata de distancia, aunque se puede tomar el coche y aparcar fuera del edificio por lo que no es demasiado inaccesible para personas menos capaces, pero recuerde pedir el código de la puerta de seguridad de la recepción.
Algunas de las habitaciones han sido renovadas y algunas no han descubierto esto en mente cuando se visita, es un edificio antiguo y esto se refleja en la decoración, pero todas las áreas son cálidas, limpias y ordenadas. Nos alojamos en la habitación 19 que está en la parte delantera del hotel y tiene unas vistas fantásticas. El edificio Mews situado en la pendiente empinada es también alojamiento de huéspedes, pero las comidas se sirven en una de las tres zonas de comedor en el edificio principal del hotel.
El ambiente es uno de calma y se siente capaz de relajarse con comodidad. Hay un montón de atracciones situadas cerca y el Hotel en sí tiene algunos paseos encantadores a través de áreas boscosas donde la vida silvestre es abundante y un montón de bancos para sentarse un rato.
Hay escalones a la puerta principal (que de forma intermitente está bloqueado a las 10 PM), pero también un acceso a la rampa con entrada codificada para sillas de ruedas alrededor del lado del hotel y hay un ascensor a todas las plantas.
Hay un pequeño bar bien surtido, pero sólo está abierto en ciertos momentos y se puede disfrutar de bebidas en una de las muchas salas de estar comunes con asientos cómodos o llevarlos a su habitación. En definitiva, una agradable pausa corta para recargar nuestras baterías antes de que el período festivo se tuvo en Willersley.
Algunas de las habitaciones han sido renovadas y algunas no han descubierto esto en mente cuando se visita, es un edificio antiguo y esto se refleja en la decoración, pero todas las áreas son cálidas, limpias y ordenadas. Nos alojamos en la habitación 19 que está en la parte delantera del hotel y tiene unas vistas fantásticas. El edificio Mews situado en la pendiente empinada es también alojamiento de huéspedes, pero las comidas se sirven en una de las tres zonas de comedor en el edificio principal del hotel.
El ambiente es uno de calma y se siente capaz de relajarse con comodidad. Hay un montón de atracciones situadas cerca y el Hotel en sí tiene algunos paseos encantadores a través de áreas boscosas donde la vida silvestre es abundante y un montón de bancos para sentarse un rato.
Hay escalones a la puerta principal (que de forma intermitente está bloqueado a las 10 PM), pero también un acceso a la rampa con entrada codificada para sillas de ruedas alrededor del lado del hotel y hay un ascensor a todas las plantas.
Hay un pequeño bar bien surtido, pero sólo está abierto en ciertos momentos y se puede disfrutar de bebidas en una de las muchas salas de estar comunes con asientos cómodos o llevarlos a su habitación. En definitiva, una agradable pausa corta para recargar nuestras baterías antes de que el período festivo se tuvo en Willersley.