El Hotel Marlowe es barato, pero los huéspedes deben ser conscientes de una cosa: las habitaciones no tienen aire acondicionado; Repito, no hay a/C en cualquier lugar, pero en el vestíbulo. Eso es lamentable por decir lo menos: la ciudad de México se está poniendo muy caliente durante el día, pero más bien fría por la noche. Un ventilador de techo no ayuda mucho.
Este lúgubre Hotel sin duda trae a la mente el personaje de Bogey (o Christopher Marlowe para el caso-si él era el rastrillo que dicen que era). Los fans de Noir o Edward Hopper Moody paisajes urbanos podrían saborear los pasillos tenuemente iluminados, el vestíbulo vacío, los grifos de agua apenas funciona, la ropa sucia, y las toallas manchadas (espero que era jarabe de arándano).
Se prohíbe fumar, pero se puede oler el tabaco (y más) en todas partes. Las habitaciones (miré a dos) eran lo suficientemente espaciosas, pero tenía decididamente sucio aspecto y sensación; había un olor desagradable persistente (probablemente viniendo de la calle). Los pisos podrían usar un poco de barrido. Los invitados eran una multitud mixta: un montón de mochileros tatuados y traspasados, algunos hombres de negocios cansados, una chica trabajadora o dos (por la noche), el presupuesto consciente de Europa del este turistas, camioneros… El lugar era generalmente tranquilo.
Conexión Wi-fi funcionaba bien.
El desayuno era mínimo; uno debe buscar otras opciones-hay algunos lugares de café dentro de un radio de dos bloques.
El personal de bare bones era amable, y servicial, aunque el portero tenía una manera un tanto amenazante.
El área se siente insegura si no es peligrosa exteriormente — hay un montón de vagabundos en la calle, un mendigo o dos, y después del anochecer — grupos de personajes desplazados, y pequeños paquetes de perros callejeros. Está a sólo dos cuadras del Palacio de Bellas Artes, pero las calles son sucias, pavimento desigual, y en lugares gravemente dañados.
En el momento de mi estadía, había algunas reparaciones callejeras — martillos y maquinaria — que pasaban alrededor de un reloj; las paredes y las puertas son finas, tapones para los oídos podría ayudar.
El Hotel lucha por lograr la respetabilidad, pero en última instancia, falla. Evitar.
Este lúgubre Hotel sin duda trae a la mente el personaje de Bogey (o Christopher Marlowe para el caso-si él era el rastrillo que dicen que era). Los fans de Noir o Edward Hopper Moody paisajes urbanos podrían saborear los pasillos tenuemente iluminados, el vestíbulo vacío, los grifos de agua apenas funciona, la ropa sucia, y las toallas manchadas (espero que era jarabe de arándano).
Se prohíbe fumar, pero se puede oler el tabaco (y más) en todas partes. Las habitaciones (miré a dos) eran lo suficientemente espaciosas, pero tenía decididamente sucio aspecto y sensación; había un olor desagradable persistente (probablemente viniendo de la calle). Los pisos podrían usar un poco de barrido. Los invitados eran una multitud mixta: un montón de mochileros tatuados y traspasados, algunos hombres de negocios cansados, una chica trabajadora o dos (por la noche), el presupuesto consciente de Europa del este turistas, camioneros… El lugar era generalmente tranquilo.
Conexión Wi-fi funcionaba bien.
El desayuno era mínimo; uno debe buscar otras opciones-hay algunos lugares de café dentro de un radio de dos bloques.
El personal de bare bones era amable, y servicial, aunque el portero tenía una manera un tanto amenazante.
El área se siente insegura si no es peligrosa exteriormente — hay un montón de vagabundos en la calle, un mendigo o dos, y después del anochecer — grupos de personajes desplazados, y pequeños paquetes de perros callejeros. Está a sólo dos cuadras del Palacio de Bellas Artes, pero las calles son sucias, pavimento desigual, y en lugares gravemente dañados.
En el momento de mi estadía, había algunas reparaciones callejeras — martillos y maquinaria — que pasaban alrededor de un reloj; las paredes y las puertas son finas, tapones para los oídos podría ayudar.
El Hotel lucha por lograr la respetabilidad, pero en última instancia, falla. Evitar.