Este es un hotel con buen potencial sólo parcialmente utilizado.
La estructura es moderna y bien cuidada, pero el ambiente en su conjunto un poco frío.
Buena limpieza y el personal es Cortés y servicial.
En la reserva no me di cuenta de que el restaurante no está en la estructura, pero en la playa, a unos 450 metros. Es cierto que hay un servicio de transporte, pero esto tiene horarios que no siempre se reconcilian con los deseos de los clientes, teniendo en cuenta la disponibilidad de los conductores.
Especialmente para la cena la lanzadera, con sus 8 asientos es subdimensionada puesto que hay muchos clientes que quisieran ir a los muchos locales de Vieste y el tráfico de agosto limita el número de razas, también la vuelta pasada en 23.15 no te permite disfrutar plenamente de las posibilidades que te ofrece Vieste. Es cierto que en presencia de muchos pasajeros que tuvieron que devolver el conductor ha hecho algunos paseos extras, pero esto no resuelve el problema del horario sobre la base de lo que pasó, por el temor de perder la última carrera, para hacer largas esperas para encontrar un lugar para el Regreso, tiempo que hubiera sido más agradable de usar de lo contrario, incluso simplemente caminando por el hermoso casco antiguo.
En esta situación sería un placer cenar en el restaurante del hotel, si hubiera estado en el lugar en vez de en la playa, en este punto accesible sólo a pie siendo el transbordador supercomprometido para viajes a y desde Vieste.
El gran y hermoso comedor, utilizado sólo para los desayunos, parece una verdadera pérdida, que sin duda pesa sobre los costos y por lo tanto los precios.
Un último aspecto, que no dejaba de subrayar en la recepción, se refiere a los muebles de las habitaciones (al menos la que se nos asignó). Creo que por lo menos un pequeño cajón debe estar presente, para almacenar objetos pequeños como llaves etc.
En el baño la presencia de sólo dos pequeños mensoline de unos 20 cm, de los cuales uno ocupado por un rollo de repuesto, jabones, champús y similares, no implica poca dificultad para almacenar los accesorios personales de los tres ocupantes de la habitación.
En conclusión, se puede ciertamente decir que el Hotel merece al menos una estrella extra si sólo se ha hecho un esfuerzo para mejorar ciertos aspectos.
La estructura es moderna y bien cuidada, pero el ambiente en su conjunto un poco frío.
Buena limpieza y el personal es Cortés y servicial.
En la reserva no me di cuenta de que el restaurante no está en la estructura, pero en la playa, a unos 450 metros. Es cierto que hay un servicio de transporte, pero esto tiene horarios que no siempre se reconcilian con los deseos de los clientes, teniendo en cuenta la disponibilidad de los conductores.
Especialmente para la cena la lanzadera, con sus 8 asientos es subdimensionada puesto que hay muchos clientes que quisieran ir a los muchos locales de Vieste y el tráfico de agosto limita el número de razas, también la vuelta pasada en 23.15 no te permite disfrutar plenamente de las posibilidades que te ofrece Vieste. Es cierto que en presencia de muchos pasajeros que tuvieron que devolver el conductor ha hecho algunos paseos extras, pero esto no resuelve el problema del horario sobre la base de lo que pasó, por el temor de perder la última carrera, para hacer largas esperas para encontrar un lugar para el Regreso, tiempo que hubiera sido más agradable de usar de lo contrario, incluso simplemente caminando por el hermoso casco antiguo.
En esta situación sería un placer cenar en el restaurante del hotel, si hubiera estado en el lugar en vez de en la playa, en este punto accesible sólo a pie siendo el transbordador supercomprometido para viajes a y desde Vieste.
El gran y hermoso comedor, utilizado sólo para los desayunos, parece una verdadera pérdida, que sin duda pesa sobre los costos y por lo tanto los precios.
Un último aspecto, que no dejaba de subrayar en la recepción, se refiere a los muebles de las habitaciones (al menos la que se nos asignó). Creo que por lo menos un pequeño cajón debe estar presente, para almacenar objetos pequeños como llaves etc.
En el baño la presencia de sólo dos pequeños mensoline de unos 20 cm, de los cuales uno ocupado por un rollo de repuesto, jabones, champús y similares, no implica poca dificultad para almacenar los accesorios personales de los tres ocupantes de la habitación.
En conclusión, se puede ciertamente decir que el Hotel merece al menos una estrella extra si sólo se ha hecho un esfuerzo para mejorar ciertos aspectos.