Yo me alojé en este hotel con mi novia durante la primavera.
bien qué puedo yo decir, de fuera tiene todo el aspecto de un dormitorio abandonado y tomado en asalto por vándalos: prados incultos, basura por todas partes, sombrillas y mesas de izquierda a la putrefacción.
lo único digno era la decoración del lobby, pero él pasó también desierta, sin nadie en el mostrador, perennmente.
el dormitorio principal es desprovisto de cualquier buen gusto, probablemente encontró en caritas, camas desvencijadas, mantas minibar vacío y roto, ningún servicio adicional.
la bañera está sucia y costrosa, y sale de la llave.
cena en una habitación que dicen Cantina es un halago, fue: penne con mantequilla y salvia y chuleta de cerdo en la primera noche, pastas salsa de pescado y carne asada la segunda, sin posibilidad de alternativas de menús. La comida era probablemente precocinados o congelados y de dudoso origen. Pero la parte superior era la tarta que era rifilita ambos necesitan a una especie de cubo de hielo cubierto con glasé azúcar rancio. El salón es atendido por una chica sin experiencia solo. Las cenas no fueron incluidas en el precio y pagamos 50 euros cada uno, sin tomar vino. El personal es inexistente, el hotel también está fuera del camino del centro y me atrevo a decir mal para la gente que daría vuelta alrededor.
Si te encuentras en Melbourne, y este es el único hotel que tiene asientos disponibles, pregúntate por qué. Podría ser más cómodo en el coche, dormir y comprar algún gato para comer en el tablero de instrumentos será bueno, y no pasar las altas figuras de las que pasamos nosotros mismos.
bien qué puedo yo decir, de fuera tiene todo el aspecto de un dormitorio abandonado y tomado en asalto por vándalos: prados incultos, basura por todas partes, sombrillas y mesas de izquierda a la putrefacción.
lo único digno era la decoración del lobby, pero él pasó también desierta, sin nadie en el mostrador, perennmente.
el dormitorio principal es desprovisto de cualquier buen gusto, probablemente encontró en caritas, camas desvencijadas, mantas minibar vacío y roto, ningún servicio adicional.
la bañera está sucia y costrosa, y sale de la llave.
cena en una habitación que dicen Cantina es un halago, fue: penne con mantequilla y salvia y chuleta de cerdo en la primera noche, pastas salsa de pescado y carne asada la segunda, sin posibilidad de alternativas de menús. La comida era probablemente precocinados o congelados y de dudoso origen. Pero la parte superior era la tarta que era rifilita ambos necesitan a una especie de cubo de hielo cubierto con glasé azúcar rancio. El salón es atendido por una chica sin experiencia solo. Las cenas no fueron incluidas en el precio y pagamos 50 euros cada uno, sin tomar vino. El personal es inexistente, el hotel también está fuera del camino del centro y me atrevo a decir mal para la gente que daría vuelta alrededor.
Si te encuentras en Melbourne, y este es el único hotel que tiene asientos disponibles, pregúntate por qué. Podría ser más cómodo en el coche, dormir y comprar algún gato para comer en el tablero de instrumentos será bueno, y no pasar las altas figuras de las que pasamos nosotros mismos.