Comentario del Hotel Executive 4*

El peor hotel de los muchos que he estado, un hotel que seguro no es cuatro estrellas. Se trata de al parecer un hotel propiedad de una mujer mayor que se pasa las tardes en la recepción hablando con los empleados que hacen lo que les viene en gana. La tasa por día en roma es de 6€ (agosto 2015) por día y no de 3€ como decía en su reserva. Cuando llegas al hotel lo primero que te impresiona son los andamios que han colocado porque la fachada se cae a trozos, seguidamente BAJAS (planta baja sotano) a la recepción del hotel. Allí por todas partes hay humedades, te dan la llave de la habitación, que no es una tarjeta, sino una llave como la de casa con un llavero de 2 kg aprox. Colgando. Entras a la habitación y ves que no es la de las fotos, sino la habitación justa para que quepa la cama, con una moqueta roja llena de mierda y sus cortinas, cuarto de baño y techos a juego, todo ello con pladur y humedades. Encuentras un TV de 14" de esas crt de antes con 4 canales (no tiene tdt) y un mando que da asco tocar y en el que no sabes que es cada botón. Al lado de la puerta hay un pequeño mueble con un minibar lleno de botellines de esos de antes de coca cola de los que había hace 10 años, con una lista de precios claro. La ducha es pequeñísima, yo casi no cabía, además de que la señora de la limpieza nunca se acuerda de dejarte champú y has de pedirlo en recepción. La conversación con la que me quedo es la que el recepcionista le preguntaba a las de la limpieza si hoy sólo habían hecho la cama o habían limpiado habitaciones, ella contestaba que sólo las camas. Los dos ascensores son de esos de dos puertas pero en la entrada se estrechan, así que no cabe la maleta recta, no había visto modelos tan antiguos, viendo el estado de los ascensores optamos por bajar por las escaleras, grasso error, dan miedo y yo no me asusto fácilmente. Un día de los que bajé a pedir champú el recepcionista me dijo que bajara luego que ahora no podía y el tío a los 90 minutos entra con una segunda llave a mi habitación sin llamar ni nada a traer champú, impresionante!. Lo único aceptable el desayuno. Aquí os dejo mi experiencia de diez días en pleno agosto en roma, que no se me olvidará nunca.