Hablemos de lo único positivo: La ubicación en un entorno protegido y hermoso es uno de los pocos puntos positivos de este club. Para el resto es olvidar rápidamente: < Las habitaciones son pequeñas, apenas limpias, sin ningún servicio, ni siquiera un vaso para beber un vaso de agua por la noche. El aire acondicionado no es lo suficientemente potente como para hacer que los dos dormitorios, el baño es pequeño, la ducha está en el lavabo y para entrar en él hay que subir un escalón de 30 Cms y entrar de lado! Ningún producto de estilo de servicio de hotel tiene ducha, secador de pelo o limpieza por más de 5000 euros a la semana. < br / > El catering es catastrófico, los platos no están limpios, la calidad de la comida es muy buena, las verduras crudas no son frescas, los buffets no se mantienen y supervisan, los niños se sirven con los dedos. Las amplitudes horarias son demasiado cortas: el desayuno termina a las 9: 30 para los adolescentes de vacaciones; 1: 30 de amplitud al mediodía para 1100 personas… < br / > la piscina es nueva y agradable, pero no está supervisada y algunas áreas se resbalan debido a la madera, hay caídas todos los días. No hay servicio en la piscina incluyendo para una bebida. Tienes que hacer cola para tomar una copa en el bar porque no hay suficientes y la calidad de los productos es promedio. La limpieza alrededor del bar y en algunos baños dejan algo que desear. < br / > La recepción está muy a menudo cerrada. < br / > La playa es decepcionante, estamos lejos de la arena blanca del resto de las playas de la Costa Azul. Menos mal que nuestra hija encontró consuelo en el club de adolescentes. < br / > Finalmente las hermosas reglas de Covid anunciadas el primer día por el director tienen solo un día, sin control, sin distanciamiento…
Así que no dude en ir a un club, pero sobre todo no en belambra.
Para el resto es olvidar rápidamente: <
Las habitaciones son pequeñas, apenas limpias, sin ningún servicio, ni siquiera un vaso para beber un vaso de agua por la noche. El aire acondicionado no es lo suficientemente potente como para hacer que los dos dormitorios, el baño es pequeño, la ducha está en el lavabo y para entrar en él hay que subir un escalón de 30 Cms y entrar de lado! Ningún producto de estilo de servicio de hotel tiene ducha, secador de pelo o limpieza por más de 5000 euros a la semana. < br / > El catering es catastrófico, los platos no están limpios, la calidad de la comida es muy buena, las verduras crudas no son frescas, los buffets no se mantienen y supervisan, los niños se sirven con los dedos. Las amplitudes horarias son demasiado cortas: el desayuno termina a las 9: 30 para los adolescentes de vacaciones; 1: 30 de amplitud al mediodía para 1100 personas… < br / > la piscina es nueva y agradable, pero no está supervisada y algunas áreas se resbalan debido a la madera, hay caídas todos los días. No hay servicio en la piscina incluyendo para una bebida.
Tienes que hacer cola para tomar una copa en el bar porque no hay suficientes y la calidad de los productos es promedio. La limpieza alrededor del bar y en algunos baños dejan algo que desear. < br / > La recepción está muy a menudo cerrada. < br / > La playa es decepcionante, estamos lejos de la arena blanca del resto de las playas de la Costa Azul. Menos mal que nuestra hija encontró consuelo en el club de adolescentes. < br / > Finalmente las hermosas reglas de Covid anunciadas el primer día por el director tienen solo un día, sin control, sin distanciamiento…
Así que no dude en ir a un club, pero sobre todo no en belambra.