Grandes camas. Especialmente la opción de reservar camas extra grandes son una opción rara en hoteles que aprecio mucho ser una persona alta.
El Chateau está situado en un gran parque, lo que hace que los alrededores sean totalmente tranquilos. Usted tiene la opción de alojarse en el castillo en sí o — un poco más barato — en la Orangerie, que se encuentra a sólo unos metros a la izquierda de la entrada principal. Las habitaciones Prestige son muy grandes y todas las habitaciones están muy bien equipadas.
Otra ventaja es el gran restaurante en la bodega del Chateau. Un poco en el lado caro (se puede pagar fácilmente la misma cantidad para dos personas que cenan, ya que tiene que pagar por la habitación), pero totalmente vale la pena. Los camareros eran muy amables y serviciales.
Si traes un perro, necesitas quedarte en la L'Orangerie, porque no están permitidos en el Chateau. Cuando nos sentamos sin nuestro perro en el restaurante, que se encuentra en la bodega del Chateau, nos sorprendió un poco ver a otro invitado entrar y sentarse en una mesa con su perro indiscutible. Así que las reglas parecen ser un poco borrosas.
Lo único que me perdí es una terraza para sentarse al aire libre y tal vez algún lugar con tumbonas para disfrutar del precioso jardín en los días cálidos.
Así que si quieres quedarte allí una noche para descansar antes de continuar conduciendo a la costa, este lugar es perfecto. Si quieres quedarte allí por varios días para relajarte, no estaría tan seguro, qué hacer allí exactamente.
El Chateau está situado en un gran parque, lo que hace que los alrededores sean totalmente tranquilos. Usted tiene la opción de alojarse en el castillo en sí o — un poco más barato — en la Orangerie, que se encuentra a sólo unos metros a la izquierda de la entrada principal. Las habitaciones Prestige son muy grandes y todas las habitaciones están muy bien equipadas.
Otra ventaja es el gran restaurante en la bodega del Chateau. Un poco en el lado caro (se puede pagar fácilmente la misma cantidad para dos personas que cenan, ya que tiene que pagar por la habitación), pero totalmente vale la pena. Los camareros eran muy amables y serviciales.
Si traes un perro, necesitas quedarte en la L'Orangerie, porque no están permitidos en el Chateau. Cuando nos sentamos sin nuestro perro en el restaurante, que se encuentra en la bodega del Chateau, nos sorprendió un poco ver a otro invitado entrar y sentarse en una mesa con su perro indiscutible. Así que las reglas parecen ser un poco borrosas.
Lo único que me perdí es una terraza para sentarse al aire libre y tal vez algún lugar con tumbonas para disfrutar del precioso jardín en los días cálidos.
Así que si quieres quedarte allí una noche para descansar antes de continuar conduciendo a la costa, este lugar es perfecto. Si quieres quedarte allí por varios días para relajarte, no estaría tan seguro, qué hacer allí exactamente.