Una muy buena primera impresión al llegar al castillo, los huéspedes son amables y acogedores. La guinda del pastel, nos actualizaron, el castillo no está lleno. Nos sorprendió gratamente este gesto. Una primera noche en la habitación de lujo del castillo llamado la sala de roble (mientras tuvimos que quedarnos en una habitación del árbol de la fruta, o fuera del castillo). Habitación muy limpia con unas vistas impresionantes de la finca. Por segunda noche, después de un corte de energía que impactó en algunas habitaciones del castillo, incluyendo la nuestra, tuvimos que, lamentablemente, cambiar de habitación. El propietario entonces se ofreció a unirse a la habitación del árbol frutal que originalmente íbamos a ocupar. A pesar de esta propuesta, nos decepcionó la reacción del castillo, sin mostrar ninguna molestia con la situación, llegando incluso a decirnos que tenemos que "hacer con" (sin electricidad), antes de proponer finalmente cambiar de habitación. La habitación en el huerto que ocupamos la segunda noche en el árbol frutal era hermosa en apariencia, pero rápidamente nos desilusionamos, hasta que nos sentimos como si ya no estuviéramos en el mismo establecimiento. Encontramos la presencia de una gran cantidad de polvo y telarañas, incluso teníamos en la habitación grandes insectos que se asemejan a cucarachas (ver fotos). Cuando informamos de esto al castillo a la mañana siguiente, parecía sorprendido, pero nos pareció mala fe de su parte. El baño de la planta baja olía muy húmedo y no era funcional. Para una habitación cuya estancia cuesta 220 euros, esperábamos tener un mínimo de servicio, incluyendo Wi-Fi y TV. Un televisor estaba presente en la habitación, sin embargo, no subtitulamos ningún canal. Nos enfrentamos de nuevo a la mala fe del dueño cuando, al día siguiente, le dimos cuenta. Fuimos tratados con reflexiones despectivas que sugerían que no sabíamos cómo manejar un televisor y que podíamos prescindir de ella. En cuanto al desayuno, es variado, pero sigue siendo muy caro por su contenido. Por un precio de 20 euros por persona por desayuno, esperábamos muchas más opciones saladas, como huevos revueltos y tocino, por ejemplo. Para la cena, la misma observación. Habíamos comido bien, pero el menú estaba muy lejos de una comida que valía 50 euros por persona. El plato principal era muy bueno, pero relativamente simple y se presentó gruesamente. No había queso y el postre no era casero. La llamada "cena a la luz de las velas" es sólo un elemento de marketing, sólo tenemos la vela en el momento del postre. Las bebidas no estaban incluidas en el menú. Encontramos el precio de la botella de agua plana excesivo:6 euros. Sin embargo, está bien establecido en el sitio web del castillo que es una mesa de invitados y no un restaurante gourmet. Entonces, ¿por qué le pusiste un arancel así? En nuestra opinión, la comida que comimos no valía más de 30 euros por persona. Por todas estas razones, aconsejamos contra la cena, que no vale la pena. Por último, dado el precio de las habitaciones, creemos que lo mínimo sería poner a disposición una botella de agua por habitación en lugar de presentar en cada habitación una botella de vino y champán, pagada, por supuesto, y lo que es más, no a expensas. Todo esto nos lleva a una conclusión que resumirá nuestros sentimientos personales: Sólo la apariencia parece importante, pero si alguna vez el Señor Conde, usted se ha tomado el tiempo para leernos, saber que la belleza de su castillo no es suficiente por sí sola.
A primera vista, tenemos una zona atractiva pero cuando miramos de cerca, muchos detalles dejan algo que desear. A pesar de un primer enamoramiento de la finca, no volveremos a ella.
A primera vista, tenemos una zona atractiva pero cuando miramos de cerca, muchos detalles dejan algo que desear. A pesar de un primer enamoramiento de la finca, no volveremos a ella.