Llegamos al hotel, a pesar de una cruel falta de señalización, me las arreglo para encontrar el acceso al aparcamiento, una pista angosta, mal iluminada, de una manera que no permite en ningún caso cruzar otro vehículo, la sensación de estar dentro de una serie B americana se fortalece Por los depósitos orgánicos ensuciando los alrededores.
Continuando a montar, llego al final de la calle, un impasse que domina una rampa de acceso a un parque en el sótano. Mecanografíe en el teclado cercano, el código entrado sin efecto en la abertura del portal. Esto es en realidad una entrada de aparcamiento privado.
Así que tengo que ir otra vez, pero imposible volver atrás, pista estrecha, coches estacionados a granel en el lado, así que tengo que rehacer todo en reversa subiendo el acceso del sótano, luego todo el callejón, sin iluminación.
I buscar alrededor del hotel un lugar y encontrar en la zona en Blue Zone un lugar.
A las 21:45 yo empujaré la puerta, cerré, tengo que hacer el código.
Tengo acceso dentro del hotel y en el mostrador un sobre con mi nombre que contiene las llaves de las habitaciones.
De repente, fuera del vacío, un individuo, medio desaliñado, erupciona. Le digo mi sorpresa por el estacionamiento y mi preocupación por la zona azul.
Empiezo a sumergirme en lo irreal, porque la respuesta es extraordinaria: no llegar último, tenía que venir antes, hay un montón de espacio para el Hotel en la ciudad, de todos modos no verbaliza.
Sorpresa: incapaz de abrir la puerta completamente porque golpea en la cama, olor interesante pero peculiar así que pare el aire acondicionado inmediatamente.
Baño WC, sin ventana, sin ventilación, sin toma de corriente, tan pequeño que me creo en la casa de los siete enanos de Blancanieves. Distancia del fregadero, puerta del baño 52cm, daño tengo vientre, afortunadamente por estar en el inodoro puedo lavar mis dientes al mismo tiempo.
Me tomo una ducha, dificil de dar vuelta en la cabaña, por contras los escombros del techo que se desmoronan no me pueden extrañar y no puedo evitarlos, se caen regularmente. Pero afortunadamente para tener agua caliente, se tarda cinco minutos, que permite limpiar.
En la habitación, más que pequeña, no hay tomacorriente cerca de la cama, sólo las capturas bajo la televisión y hacia la ventana con el teléfono, muy conveniente, lástima que la habitación no "ser más pequeño" uno podría haber tenido acceso desde la cama.
Oh, sorpresa pensé que soñaba, pero no la ropa de cama es buena, la limpieza menos.
Para Wi-Fi no debe soñar.
El desayuno al día siguiente, nuestro Hello es inútil, no nos responden. Sin sonrisa, sin atención, el mismo tipo de personal que el día anterior.
Me abstengo de describir el desayuno, la decencia no lo permite, cuando se ve la fruta fresca cortada en un jugo de olor fétido, un jamón que ha conservado su fluido de almacenamiento en las rebanadas, las pocas opciones, etc. Etc.
Así que la abstinencia y el regreso de las llaves, no una palabra de los empleados, ni adiós ni yo…
Continuando a montar, llego al final de la calle, un impasse que domina una rampa de acceso a un parque en el sótano. Mecanografíe en el teclado cercano, el código entrado sin efecto en la abertura del portal. Esto es en realidad una entrada de aparcamiento privado.
Así que tengo que ir otra vez, pero imposible volver atrás, pista estrecha, coches estacionados a granel en el lado, así que tengo que rehacer todo en reversa subiendo el acceso del sótano, luego todo el callejón, sin iluminación.
I buscar alrededor del hotel un lugar y encontrar en la zona en Blue Zone un lugar.
A las 21:45 yo empujaré la puerta, cerré, tengo que hacer el código.
Tengo acceso dentro del hotel y en el mostrador un sobre con mi nombre que contiene las llaves de las habitaciones.
De repente, fuera del vacío, un individuo, medio desaliñado, erupciona. Le digo mi sorpresa por el estacionamiento y mi preocupación por la zona azul.
Empiezo a sumergirme en lo irreal, porque la respuesta es extraordinaria: no llegar último, tenía que venir antes, hay un montón de espacio para el Hotel en la ciudad, de todos modos no verbaliza.
Sorpresa: incapaz de abrir la puerta completamente porque golpea en la cama, olor interesante pero peculiar así que pare el aire acondicionado inmediatamente.
Baño WC, sin ventana, sin ventilación, sin toma de corriente, tan pequeño que me creo en la casa de los siete enanos de Blancanieves. Distancia del fregadero, puerta del baño 52cm, daño tengo vientre, afortunadamente por estar en el inodoro puedo lavar mis dientes al mismo tiempo.
Me tomo una ducha, dificil de dar vuelta en la cabaña, por contras los escombros del techo que se desmoronan no me pueden extrañar y no puedo evitarlos, se caen regularmente. Pero afortunadamente para tener agua caliente, se tarda cinco minutos, que permite limpiar.
En la habitación, más que pequeña, no hay tomacorriente cerca de la cama, sólo las capturas bajo la televisión y hacia la ventana con el teléfono, muy conveniente, lástima que la habitación no "ser más pequeño" uno podría haber tenido acceso desde la cama.
Oh, sorpresa pensé que soñaba, pero no la ropa de cama es buena, la limpieza menos.
Para Wi-Fi no debe soñar.
El desayuno al día siguiente, nuestro Hello es inútil, no nos responden. Sin sonrisa, sin atención, el mismo tipo de personal que el día anterior.
Me abstengo de describir el desayuno, la decencia no lo permite, cuando se ve la fruta fresca cortada en un jugo de olor fétido, un jamón que ha conservado su fluido de almacenamiento en las rebanadas, las pocas opciones, etc. Etc.
Así que la abstinencia y el regreso de las llaves, no una palabra de los empleados, ni adiós ni yo…