Ses Sucreres Small & Slow Hotel

Hotel

Stephanie es el anfitrión más dulce y siempre se aseguró de que estábamos cómodos. El Hotel está decorado tan lindo y todo es hermoso. El desayuno es delicioso! Nos encantó todo sobre este hotel y lo recomiendo encarecidamente a cualquier persona que quiera una estancia encantadora y tranquila.

El personal era muy amable y servicial.

Un oasis en medio de una isla de por sí preciosa. El tiempo se detiene, disfruta y saborea lentamente en este Hotel. Rehabilitado, regentado y habitado desde hace años por una familia que dispensa un trato amable (siempre estarán dispuestos a ayudarte y recomendarte los mejores sitios de la isla) y con un alto sentido por el respeto al medio ambiente. Los jabones de cuerpo y champús, libres de parabenos, son de fabricación ecológica. Las camas, enormes. Habitaciones con una decoración muy cuidada como el resto del Hotel. Se nota que es un hogar donde se hace vida. Mención especial a la terraza superior, un rincón donde puedes abarcar con la mirada toda Ferrerías y a las noches disfrutar de las estrellas y la brisa. El desayuno merece especial atención ya que es una delicia, abundante y con productos de proximidad.

El anfitrión francés, Stephanie, es encantador y servicial. Tiene el gusto de un francés, es decir, pero perfecto. Desayuno sencillo pero de calidad. Gran valor. Nuestra habitación no tiene aire acondicionado pero los ventiladores funcionan bien y, en última instancia, es más saludable no respirar en todo ese aire reciclado. Una gran base para explorar la isla.

Anfitrión maravilloso, lugar limpio, reservado y cómodo. Nos encantó el desayuno como Stephanie nos sirvió un auténtico desayuno catalán. Ferreries tiene mucho que ofrecer por medio de la comida y la cultura local. Un gran lugar para alojarse y visitar las playas de la isla y las ciudades.

Hotel muy acogedor, te siented como eb casa. Stéfany es un encanto, te trantan súper bien.

Tranquilo y decorado con mucho gusto.

Un hotel donde se respira paz y tranquilidad nada más cruzar la puerta, pero lo mejor te espera cuando conoces a los propietarios, dos personas atentas, sencillas y cariñosas. Sin duda el mejor hotel para alojarse en Menorca, gracias por hacernos sentir como en casa durante los 15 días que estuvimos con vosotros, un beso Dom y Zoraida. Volveremos pronto!

Sí, realmente nos encantó. Stephanie le da la bienvenida como en una cama y desayuno, en su casa perfecta, bellamente decorado, en el centro de la ciudad y sin embargo tan tranquilo!
Hermosas habitaciones, cada una decorada de manera diferente, dos hermosas suites, un espacio de vida muy agradable, mucha amabilidad y amabilidad; excelente y abundante desayuno donde destacan los productos locales. Con esto, un verdadero amor de la isla comunica este Breton instalado allí con su compañera menorquina y su hija.
Excelente recomendación de lugares para ver, restaurantes, etc, ahogará regresará, obviamente!
Yolande y Benoit.

El hotel de los sentidos.
Ir a Les Sucreres es una experiencia global. Descansar para ver la isla, mientras recibes mil caricias a los sentidos: olores mediterráneos, escenas bellas donde mires, piel mimada con la ropa de cama y los jabones artesanales del baño, sabores variados bañados en la luz de la mañana del patio, música deliciosa que acompaña tus pasos por la magnífica casona menorquina. Se trata, solamente, de dejarse querer. No vuelves igual, Menorca y esa estancia te dejan huella.

Magnifica estancia
Hotel con mucho encanto, muy tranquilo, buen desayuno.
Familia muy acogedora, gracias Estephanie, volveremos pronto.

Uno de los mejores veranos de mi vida. Todo lo necesario para disfrutar, playa, sol y la mejor compañía: Stephanie e Ignasi discretamente pendientes para que todo sea perfecto…