Alojamiento Rural Camino Beturia

Hotel

Nuestra experiencia, ha sido mas que favorable. Un lugar 100% natural, los desayunos, cenas y comidas eran caseras y muy sanas, la zona de la casa perfecta para descansar plenamente. Y que decir de Carmen, Andres, Pablo, nos han hecho sentir como un familiar suyo más, y tuvieron un detalle que dice mucho de ellos, se percataron que nos tenían que devolver dibero y sin duda alguna nos lo hicieron saber. Sin duda volveríamos!

Una casa rural preciosa y en un lugar paradisíaco. Habitaciones muy limpias, piscina preciosa, un saloncito y una terraza verdaderamente fantásticos. Los dueños son encantarores, serviciales y muy interesantes. Hay perros, burros y gallinas. Vamos… ¡Un tesoro!

Acabamos de regresar de 3 días en Camino Beturia. Nos sorprendió la increible belleza de la zona, y su gastronomía. Todo un descubrimiento! Desde luego, la casa está "a la orilla de un mar montañas" como dice su lema. Nuestra hija de cuatro años alucinó con la variedad de animales que cruzamos durante las caminatas… y con Manuela y Rucha, las burritas de Camino Beturia. La casa estupenda, genial para ir con niños. Y nos queda pendiente la piscina natural! Los dueños muy hospitalarios, nos hicieron sentir como en casa y disfrutamos mucho con los desayunos y las cenas. Ideal para familias y amantes de la naturaleza en estado puro.

Que el lugar es maravilloso, que los anfitriones son fantásticos, que las cenas de Carmen son exquisitas es cierto y lo dice todo el mundo, pero lo que no cuenta nadie es que tienen un excelente gusto musical. Los desayunos y las cenas con DJ Andrés modo "relaxing" le añaden más sabor a los magníficos ágapes.

Genial, trato cercano, amable y muy cuidado. Repetiremos.

Lugar super tranquilo. Todo naturaleza.

Encantador, mágico, naturaleza viva. Muy acogedor y confortable. Repleto de detalles y con vistas a un paisaje más que bello. Su gente muy bonita, y sus animales te cautivan tanto como el paisaje.

Conociendo a andres que lo da todo por que lo pases lo mejor posible.

Un rinconcito de paz y quietud en el corazón de la Sierra. Si buscas desconectar, relajar y encontrar paz y tranquilidad rodeado de naturaleza y animales en un ambiente descontraido y familiar no puedes dejar de visitarlo. Olvidate de las comodidades de la ciudad, del Wi-Fi, de las obligaciones y los horarios y reencuentrate aquí. Los dueños geniales, amables y cercanos y las cenas que preparan riquísimas. Volveré cada vez que el estrés me empiece a superar. La piscina natural una delicia con unas vistas fabulosas.

Un lugar muy bonito las habitaciones están bien pero se echa en falta una cocina o un pequeño microondas y una nevera que funcione ya que disponen en las habitaciones pero al llegar están desenchufadas y no funcionan bien teníamos dos habitaciones y ninguna funcionó. Sirven desayunos y comidas pero tienes que avisar con antelación, el desayuno estaba bien. El sitio es un encanto pero me parece que deberían de mejorar en ese aspecto y bueno la piscina es una chulería pero supuestamente está abierta todo el año pero estaba un poco descuidada cuando fuimos tuvo su encanto porque aún así está chulísima pero podrían mantenerla sin verdina y ganarían mucho más. Una cosa que me gusto mucho es que permiten ir con tus perros y los dueños por supuesto fueron muy amables.

Experiencia maravillosa. Andres y Carmen son unos grandes anfitriones.

Estupenda estancia. Enclavado en un bosque de robles y castaños, con unas vistas impresionantes de la Sierra de Aracena. No hay que perderse las puestas de sol. La pareja que lo lleva, encantadores.

Impresionante ubicación. Grandes anfitriones.

El paisaje es espectacular y las personas que lo atienden muy agradables.

Excelente sitio para el relax vistas inmejorables. Ese desayuno ante esas cristaleras ante ese mar de naturaleza no tiene nombre y los qye los regentan ayudan a la paz y al sosiego. Sin duda ninguna volveremos.

Son los mejores. Carmen un cielo y Andres su marido un CRACK. No dejéis de pasar por su morada! Saldreis enamorados. Muchos abrazos amigos, nunca olvidaremos esos dias tan maravillosos.

Andres y Carmen son gente agradable, el lugar en medio de un lugar de la montaña es fantástica, es hermoso y tranquilo.
Las habitaciones son muy cómodas y tienen una preciosa casa pequeña. Tuvimos un hermoso fin de semana la semana pasada, esperamos repetir pronto.