Comentario del Hostal Victoria III 2*

Vamos a empezar con lo bueno… El precio es bastante asequible, tanto como las habitaciones como el servicio de parking. Está bastante céntrico y para moverse por los lugares de interés está muy bien. Sin embargo… Para entrar al portal hay que cruzar un pasillo bastante angosto que podría ser la pesadilla de los más claustrofóbicos. El ascensor es tan viejo como el edificio, es de suponer. Y aún pasando las inspecciones técnicas da bandazos, parones y movimientos que pueden asustar a más de uno. La recepción es bastante estrecha y se hacía difícil maniobrar con las maletas. El personal bien en general, pero hubo una persona que nos atendió (que lamentablemente fue la que más nos atendió) que era "difícil de tratar", borde y desconfiada (en menos de 15 minutos me pregunto reiteradas veces si había consumido algo del minibar, del que además no se especifican los precios). Cuando llegamos nos dieron una habitación doble cama, cuando habíamos contratado una matrimonial. La solución que nos ofreció fue juntar las dos camas y poner una colcha grande… la llave hay que dejarla si o si en recepción, y no sabiendo esto cuando salimos por primera vez de la habitación nos la pidió de muy malas formas. La habitación pequeña, con dos camas pequeñas e incomodas, lamparas rotas, el techo desgajado por la humedad, vistas a un patio cerrado ruinoso (ideal para las conversaciones vecinales), un baño en el que si te resbalas ni te caes, te quedas encajado, papelera sin bolsa… Y que decir de lo ruidosa que era. Las cañerías situadas en el patio suenan como si de un chaparrón se tratara, el aire acondicionado producía un ruido infernal al cambiar el agua, parecía que fuera a estallar. Las habitaciones al estar junto a la recepción (puesto que es una vivienda grande reformada) recibían el sonido de las conversaciones telefónicas de la empleada de turno o de la telenovela que estuvieran viendo, así como el sonido del timbre de los huéspedes más nocturnos. Además por el hueco de la puerta se colaba la luz de la recepción durante toda la noche. Una experiencia inolvidable, pero no en el buen sentido, si a día de hoy me dieran a elegir entre dormir en el coche o dormir en este hostal, elegiría mi coche sin duda.