A medida que tratamos de ser cada vez más respetuosos con el medio ambiente, queríamos encontrar un hotel con el mismo ambiente. Acérquese al Hostal Grau, que se encuentra a un par de minutos del ajetreo y el bullicio de la mayor atracción turística de Barcelona, Las Ramblas.
Llegamos tarde el viernes, pero el caballero en la recepción era muy amable y acogedor, llevándonos a través de todo lo que necesitábamos saber antes de salir a nuestra habitación.
Las habitaciones son perfectas para un pequeño descanso. No hay necesidad de grandes televisores de pantalla plana y por igual. La habitación es sencilla, muy limpia y bien distribuida. El baño es grande con una ducha de piedra base que hacen el trabajo al principio y al final del día. A pesar de estar en una zona concurrida, el hotel está muy bien aislado del ruido y las persianas mantienen fuera que el sol ardiente a primera hora cuando no está listo para levantarse.
Cada planta tiene una zona de reciclaje si lo necesita, lo que es genial para ver. Todos los hoteles deben adoptar esta política.
En la planta baja no es grande, pero está muy bien diseñado y amable. No hicimos uso de las instalaciones, pero caminar a través, fue muy encantador para mirar.
Todo el personal que encontramos fue increíblemente amable y capaz de tratar con nosotros luddite inglés-folk y nuestra falta de diversidad lingual fuera de nuestra lengua materna.
Recomiendo encarecidamente este hotel si visita Barcelona para un fin de semana largo y quiere ser céntrico.
Llegamos tarde el viernes, pero el caballero en la recepción era muy amable y acogedor, llevándonos a través de todo lo que necesitábamos saber antes de salir a nuestra habitación.
Las habitaciones son perfectas para un pequeño descanso. No hay necesidad de grandes televisores de pantalla plana y por igual. La habitación es sencilla, muy limpia y bien distribuida. El baño es grande con una ducha de piedra base que hacen el trabajo al principio y al final del día. A pesar de estar en una zona concurrida, el hotel está muy bien aislado del ruido y las persianas mantienen fuera que el sol ardiente a primera hora cuando no está listo para levantarse.
Cada planta tiene una zona de reciclaje si lo necesita, lo que es genial para ver. Todos los hoteles deben adoptar esta política.
En la planta baja no es grande, pero está muy bien diseñado y amable. No hicimos uso de las instalaciones, pero caminar a través, fue muy encantador para mirar.
Todo el personal que encontramos fue increíblemente amable y capaz de tratar con nosotros luddite inglés-folk y nuestra falta de diversidad lingual fuera de nuestra lengua materna.
Recomiendo encarecidamente este hotel si visita Barcelona para un fin de semana largo y quiere ser céntrico.