Hotel Palacio de los Molina Hotel

Menú muy variado. Tapas, tostas, carta y menú del día. En un palacio precioso rehabilitado pero dentro del casco antiguo de Molina de Aragón. Un pueblo muy bonito. Creo que también tienen habitaciones pero nosotros solo comimos. No te pierdas los postres. El personal muy amable.

La comida bastante buena. El trato amable, pero despistados, quizás falta de experiencia. Pediría que cambiaran las sillas que son francamente incómodas y dan calor con esas fundas que tienen… y el mantel también es tan largo que da calor.

Un poco despistados. Ribeiro no es Ribera… Lomo no es pechuga de pollo. Pero no estaban malas las cosas, así que aprobado raspadito.

Hotel en edificio antiguo, perfectamente rehabilitado, con el encanto medieval en zonas comunes y habitaciones. Personal muy atento y cercano, el servicio de restaurante muy bien en servicio y menú. Ubicación ideal para visitar Molina de Aragón y alrededores, con la ventaja de disponer de aparcamientos libres en las calles aledañas. Muy tranquilo. Lo único es que necesita mejorar el mantenimiento, había baldosas sueltas en la habitación.

Bien ubicado. Habitaciones amplias. No había aire acondicionado en la habitación, la mampara de la ducha mínima por lo que al ducharnos se salga el agua y se mojaba todo el suelo del baño.

Lugar acogedor, decorado con gusto. El menú tiene una estupenda relación calidad precio. Muy recomendable.

Esta muy bien las habitaciones son amplias la única pega es que no tienen aire acondicionado pero son amplias y cómodas las camas, el personal esta muy atento y amable por esa parte todo excepcional. La comida fuera del menú está muy buena, recomiendo la paleta de cordero. Una buena experiencia.

Un sitio acogedor situado en la parte histórica de Molina. Como el nombre indica es un palacio reconvertido y muy bonito. Trato increíble y agradable. Se come muy bien y es más económico de lo que parece.

Regular para cenar, no excesivanente caro aunque zona un poco apartada y oscura. Descuentos carnet joven en hamburguesas y sanwichs. Local muy chulo.

Habitaciones muy amplias y limpias. El personal muy bien, hacen cuanto esté en su mano para que tengas una mejor estancia. Muy recomendable.

Hotel rural, con cafetería y restaurante, situado en una casona del siglo XVI. Anteriormente era conocido como "La Subalterna" porque fue una oficina de hacienda. Estuvo bastantes años cerrado hasta que una pareja de emprendedores lo cogió hace casi un par de años y están intentando sacarlo adelante.

Un lugar bastante majo. Se come bien.

Un sitio de 10 me encanta, lo recomiendo a todas las personas que quieran ir a un hotel y quieren estar agusto.

Comida sin pretensiones, no está mal. El servicio correcto. No olvidar que se trata de un pueblo castellano, en una comarca con una densidad de población comparada a la de Siberia, no acostumbrados al turismo (comarca austera). Menú del día de 15 euros, más que aceptable. El comedor bonito y auténtico. Volveré siempre que pueda.

Solo usamos el restaurante. A llegar pronto (una y media) estábamos solos y el servicio fue rápido y atento. La comida estuvo bien, a un precio muy asequible. Como música de fondo ponen unas melodías agradabilísimas del hilo musical (pregunté por su origen: radio nautalis. Tv) La decoración del comedor es grata, una antigua sala quizás dedicada a bodega, o cuadras, convenientemente decorada e iluminada.

Solo he visitado el restaurante. Lamentable! Servicio malo y lento. Nos sirven la comida y a los 10 minutos la bebida. Pedí un plato de Carbonara y no he probado uno peor! mis acompañantes comieron de menú y a ninguno les gustó la comida. Nada recomendable.

Hablo solo del restaurante porque el hotel no lo he visitado. El local es agradable, con espacio suficiente entre mesas para poder tener conversaciones privadas y sin ruido de otros comensales. La atención fue rápida y amable. La comida, al menos el menú del día, bastante regular. Ensalada con granada y frutos secos que solo tenia lechuga, tres granos de granada y cinco pasas. El rabo de toro insípido (parece mentira) aunque grasiento. El postre bastante vulgar también. En general todo bastante tosco.

Es un sitio céntrico, grande y bien atendido, aunque la habitación olía a cuerno. Era tan sencillo como llenar de agua el sifón del sumidero que hay en el suelo del baño. Por lo demas todo bien.

Habitaciones amplias, luminosas, bonita decoración, muy confortables Baños amplios y muy limpios En el centro histórico y monumental de Molina. Fácil aparcamiento Cocina propia de la zona, bien elaborada, con magnífica relación calidad-precio, y buen servicio de sala.

Trato buenísimo. Comedor con buen servicio de sala y cocina de la zona con magnífica calidad. Céntrico y confortable. Me he sentido en casa.

Magnífica atención, hotel muy cuidado, limpio y bien situado. La comida excelente. Un 10.

Un lugar encantador. Comida muy buena, a buen precio, en un comedor precioso. Recomendable.

Muy bien un sitio muy bonito y muy amables.

Un sitio muy agradable. El ambiente. La comida. Recomendable a la comarca de Molina.

Trato muy familiar, una pasada de sitio y comida casera a una buena relación calidad precio. Muy recomendable. Me encantó sobre todo el trato.

Trato exquisito por cercano y afable; buena comida a un precio razonable en un entorno agradable con la impronta de su propietario. Muy recomendable!

Un edificio con hechuras de Parador y con muy buena atención. Merece la pena ser visitado.

Habitación cálida y limpia. Muy a gusto en ella, aunque el pueblo en sí me decepcionó.

Un lugar de ensueño. Muy buen servicio. Trato agradable y cercano. Habitaciones acogedoras. El comedor es todo un salón de banquetes. El chef es excelente al igual que todo el servicio en general. Tienen unos precios muy buenos y asequibles para todos. Hemos comido bastantes veces ahí y siempre hemos salido salido muy contentos.

Entorno muy cuidado. Trato amable. Salón comedor muy bonito.

Comida recalentada. Fuimos a comer 7 personas con reserva. No había nadie más. Aun así, el menú debía ser el mismo que la noche anterior, ya que tanto la fabada, el arroz negro y el cordero, eran recalentado en el microondas. Los postres minúsculos. El flan eran 2 cosas minúsculas de forma alargada.

Es digno de ver y de pasar unos días en el y ver Molina que es ptecioso.

Trato exquisito, detalles y sorpresas en la habitación. Bien de precio y el pueblo es precioso. Muy recomendable.