Comentario del Monasterio De Piedra 3*

Es lamentable que un hotel de esta categoría tenga un servicio de restaurante tan deplorable. El trato nada mas llegar nos hizo sentir como si estuvieramos en un bar de carretera. Pedimos una mesa fuera y en lugar de decirnos que teníamos que esperar 5 minutos para poder sentarnos directamente nos dijeron que no era posible. Una vez dentro tuvimos que pedir al maitre que nos cambiara la camarera porque estaba siendo una grosera y una maleducada. Ante esto su respuesta fue que era la camarera mas simpática del restaurante (después de ver al resto, he de decir que tenia razón). Pedimos un solomillo y le dijimos que lo queríamos al punto y su respuesta fue que eso estaba claro, que si no se decia nada se daba por hecho que se queria al punto. Todo para justificarse por no habernos preguntado como queriamos la carne. A continuacion pedimos un plato de queso y nos dijeron que solo tenian de jamon y queso, no solo queso. La persona que lo pidió era vegetariana y no queria el jamón y despues de un cruce de palabras parece ser que lo entendio y nos sirvió el plato. La comida es escasa y el precio excesivo, el pastel de esparragos que nos sirvieron estaba insipido y la carne pasada. Lo mejor fue cuando llegó el postre. Pedimos frutos rojos, sobre chocolate blanco y helado de lima limon. Los frutos rojos sencillamente no estaban, en su lugar habia un poco de mermelada con un caldo blanco que deducimos debia ser el chocolate. El helado no conseguimos encontrarlo. Al decirselo a una tercera camarera, la expresion de esta fue como preguntandose a si misma si era posible que nos hubieran servido ese plato. Se llevo el plato y al momento volvió para decirnos que no les quedaba helado de lima-limón. Esto quizas debería haberlo dicho antes de servir el plato. Concluyendo, no le recomiendo a nadie que vaya a comer a este restaurante, porque como he dicho al principio la experiencia fue sencillamente lamentable. Por desgracia la historia no terminó aquí. Ante el mal trato recibido durante toda la comida decidimos ir a tomar el café a otro sitio, con tan mala fortuna de decidir parar en Nuevalos, en el HOSTAL EL CAZADOR, donde para nuestra sorpresa, nos aguardaba el mismo maitre para servirnos el café. De nuevo este hombre se comportó de manera grosera, increpándonos por no haber tomado el café en el restaurante REYES DE ARAGÓN. En fin, toda una experiencia que seguro no volveré a repetir. • • •