Comentario del Hostal El Yunque 2*

Un sitio tranquilo, Pepi y Pedro, los dueños del Hostal de lo más solícitos, cuálquier cosa se les puede preguntar y te ayudan en todo momento. Situado en el centro, complicado el aparcar cerca, en pleno verano, no sé cómo se apañarán. Tienen en la planta un frigorífico común donde se puede dejar productos perecederos. No tienen servicio de restaurante pero cerca, muy cerca hay varios. Si no os gusta el café muy cargando decidlo porque debe ser que les da vitalidad, te lo dan negro negro. Nosotros desayunamos todos los días en “El Punto”, a diferencia del Hostal aquí las dos chicas son muy antipáticas pero no todo el mundo puede ir con una sonrisa en la cara, con eso se nace, se va cultivando y vas regalando tu alegría por doquier. No pedid una barra, si no media y tampoco zumo, te clavan. Lo veo excesivo que una barra con tomate (no pedirla con tomate, pq resulta poco higiénico meterlo en un bote de plástico y estrujarlo para echarlo en el pan, da reparo tomarlo). Lo mejor pedir media con mantequilla y mermelada. En relación con el hostal, decir que tienes que poner el cartel de limpiar en la puerta porque si no, no te lo limpian pero te lo advierten antes de entrar. El que avisa no es traidor. Cama muy cómoda pero la almohada de adorno, olía a sudor, debió de ser q el antiguo inquilino le sudaba el alerón y lo usó como apoyo al sobaquillo. La rechacé en un principio dentro del armario. Hay un surtidor de agua en la primera planta que es de agradecer para cuando se necesite. En general es un hostal apacible y confortable, nuestra habitación no era de las mejores que se ven en las fotos. Hay una exposición de cuadros realizados por una amiga de Pepi que son bonitos de ver. El perro que hay es bonachón, me encantó. No está en los sitios comunes ni nada por el estilo, está en la casa de los dueños que viven en el primer piso. Conil es un lugar intermedio para poder viajar a los pueblos del alrededor y a Cádiz que es digna de ver. Un viaje muy interesante culturalmente y turísticamente. Volveré? No lo sé, probablemente, aún tengo tiempo de viajar. Gracias, Pepi y Pedro, por vuestro bien estar.