Llegó a Dreams Beach por tercera vez dos veces antes de la crisis, hay algo que comparar.
Empieza desde el principio. Reservamos un traslado escribiendo una carta al hotel, el coche llegó exactamente a la hora a las 2.30 de la mañana. Nos conocimos a la vez, parcheamos los días con una superposición. La habitación se dio con una magnífica vista del mar (edificio 32). En el Reshepshene pidió un recargo de $30 (no dado), al día siguiente el Gerente llamó y dijo que esta habitación es un bono del hotel, por lo que somos la tercera vez y voló desde Rusia. Muchas gracias Irina por la ayuda.
Comida: para la gachas de desayuno, huevos, tortitas, yogures, fruta. Almuerzo: pollo, ternera, pescado en diferentes variedades siempre, verduras, fruta. El fruto se hizo más (caqui, Granada, naranjas, mandarinas, melón, guayaba). La cena es acorde con el almuerzo. Para la cena es posible inscribirse en tres restaurantes más (mexicano, Italiano, pescado) (una semana una vez, es decir, si usted ha llegado durante dos semanas, se puede ir dos veces). Había en todas partes. Delicioso.
Mar: en mi opinión el arrecife cobra vida. Pez mucho. Desafortunadamente, los archivos y Napoleón están desaparecidos.
Vimos Murena, Stingray, etc.
Gracias a los animadores, no dio una oportunidad y se comprometió con el niño, que nos da la oportunidad de nadar lejos.
Vika organizó una búsqueda de tesoros de piratas.
Lo que ha cambiado. No hay panqueques en la playa, no hay almuerzo en el grill bar, un aperitivo en 16 junto a la piscina más skimpy, no hay música en vivo en la hora de la cena. El Spa no está funcionando. El segundo hotel está cerrado.
Contingente: kazajos, Kirgiz, ucranianos (90%), los italianos de lo contrario es la misma Dreams Beach.
Fuimos a la ciudad vieja, como saben que somos de Rusia, digamos que Sharm sin rusos murió. La ciudad se siente desolación.
En general, estamos contentos con la estancia y queremos volver.
Empieza desde el principio. Reservamos un traslado escribiendo una carta al hotel, el coche llegó exactamente a la hora a las 2.30 de la mañana. Nos conocimos a la vez, parcheamos los días con una superposición. La habitación se dio con una magnífica vista del mar (edificio 32). En el Reshepshene pidió un recargo de $30 (no dado), al día siguiente el Gerente llamó y dijo que esta habitación es un bono del hotel, por lo que somos la tercera vez y voló desde Rusia. Muchas gracias Irina por la ayuda.
Comida: para la gachas de desayuno, huevos, tortitas, yogures, fruta. Almuerzo: pollo, ternera, pescado en diferentes variedades siempre, verduras, fruta. El fruto se hizo más (caqui, Granada, naranjas, mandarinas, melón, guayaba). La cena es acorde con el almuerzo. Para la cena es posible inscribirse en tres restaurantes más (mexicano, Italiano, pescado) (una semana una vez, es decir, si usted ha llegado durante dos semanas, se puede ir dos veces). Había en todas partes. Delicioso.
Mar: en mi opinión el arrecife cobra vida. Pez mucho. Desafortunadamente, los archivos y Napoleón están desaparecidos.
Vimos Murena, Stingray, etc.
Gracias a los animadores, no dio una oportunidad y se comprometió con el niño, que nos da la oportunidad de nadar lejos.
Vika organizó una búsqueda de tesoros de piratas.
Lo que ha cambiado. No hay panqueques en la playa, no hay almuerzo en el grill bar, un aperitivo en 16 junto a la piscina más skimpy, no hay música en vivo en la hora de la cena. El Spa no está funcionando. El segundo hotel está cerrado.
Contingente: kazajos, Kirgiz, ucranianos (90%), los italianos de lo contrario es la misma Dreams Beach.
Fuimos a la ciudad vieja, como saben que somos de Rusia, digamos que Sharm sin rusos murió. La ciudad se siente desolación.
En general, estamos contentos con la estancia y queremos volver.