Lamentable. Fuimos a Corrientes por mi cumpleaños, reservamos por Booking y al llegar, la reserva no estaba registrada. Igual nos dieron la habitación, pero porque tenían, sino nos quedábamos sin hotel. La habitación es minúscula y con un olor a moho espantoso que no se va ni abriendo la ventana. Supongo que será el entelado de las paredes. Y a propósito de paredes, yo no sé de qué son pero se escucha todo lo que pasa en los pasillos y eso sin contar que desde las 6 de la mañana las limpiadoras azotan las puertas y usan la aspiradora a todo trapo mientras conversan y es IMPOSIBLE dormir. El edredón de la cama tenía hormigas muertas y estaba raído y viejo. Las sábanas estaban bien. El baño con toallas limpias pero viejas y deshilachadas. Hay secador. Los amenities no los reponen. No tiene ventilación natural, tiene un extractor de aire que se acciona con la perilla de la luz y que hace un ruido ensordecedor que hace que uno prefiera usar el baño a ciegas para no quedar sordo. En el frigobar sólo bebidas que al parecer llevan tiempo ahí. Nada de comidas. El desayuno… bueno, decepcionante por demás. Básico hasta llegar a triste, empezando por el jugo artificial de naranja. Ningún queso ni huevos ni ensalada de frutas. Café y leche. Una clase de facturas y una clase de pan. Manteca, dulce de leche y mermelada de un solo sabor. Una cesta de frutas enteras. Yogur sólo de un sabor y hojuelas de cereal de las peores. Se sirve en una bandeja verde que te hace pensar que estás en un cuartel. He estado en hostels muy modestos cuyo desayuno supera con creces a este. El Wi-Fi funciona. La ubicación es muy buena. El acondicionador de aire, bien. Todo en el hotel parece viejo y parece necesitar mantenimiento, desde las alfombras de los pasillos. El personal fue amable.
Fuimos a Corrientes por mi cumpleaños, reservamos por Booking y al llegar, la reserva no estaba registrada. Igual nos dieron la habitación, pero porque tenían, sino nos quedábamos sin hotel.
La habitación es minúscula y con un olor a moho espantoso que no se va ni abriendo la ventana. Supongo que será el entelado de las paredes. Y a propósito de paredes, yo no sé de qué son pero se escucha todo lo que pasa en los pasillos y eso sin contar que desde las 6 de la mañana las limpiadoras azotan las puertas y usan la aspiradora a todo trapo mientras conversan y es IMPOSIBLE dormir.
El edredón de la cama tenía hormigas muertas y estaba raído y viejo.
Las sábanas estaban bien.
El baño con toallas limpias pero viejas y deshilachadas. Hay secador. Los amenities no los reponen. No tiene ventilación natural, tiene un extractor de aire que se acciona con la perilla de la luz y que hace un ruido ensordecedor que hace que uno prefiera usar el baño a ciegas para no quedar sordo.
En el frigobar sólo bebidas que al parecer llevan tiempo ahí. Nada de comidas.
El desayuno… bueno, decepcionante por demás. Básico hasta llegar a triste, empezando por el jugo artificial de naranja. Ningún queso ni huevos ni ensalada de frutas. Café y leche. Una clase de facturas y una clase de pan. Manteca, dulce de leche y mermelada de un solo sabor. Una cesta de frutas enteras. Yogur sólo de un sabor y hojuelas de cereal de las peores. Se sirve en una bandeja verde que te hace pensar que estás en un cuartel. He estado en hostels muy modestos cuyo desayuno supera con creces a este.
El Wi-Fi funciona. La ubicación es muy buena. El acondicionador de aire, bien.
Todo en el hotel parece viejo y parece necesitar mantenimiento, desde las alfombras de los pasillos.
El personal fue amable.