Comentario del Puente Melo

Elisabet S.

21/12/2017

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El dueño del hotel se comunicó conmigo a mi celular, sabiendo que yo partía de Rosario, para pedirme que lleve conmigo un '' paquete '' al hotel. El mismo consistía en las sábanas de la habitación que yo estaba pagando. Me resultó bastante perturbador el pedido, el exceso de confianza para hacerlo, lo desprolijo de tener que viajar con las sábanas de mi cama cuando estoy pagando 1400 pesos la habitación. Mientras el dueño, a modo chiste, planteaba que ''decí que aceptaron viajar con las sábanas sino no las dejaba entrar''. No me molesta viajar con bultos. Me molesta lo desprolijo, descuidado y perturbador de tener que, esperando un colectivo a un destino en el cual me quiero relajar tener que estar revisando el paquete que me pide lleve conmigo, un desconocido, ante la amenaza, a modo chiste, de que sino, no me deja entrar. Y eso no fue todo. Ni siquiera lo peor. Cuando, ya instalada en el hotel, volví a las dos de la mañana, bajo una lluvia torrencial, absolutamente empapada, no hubo nadie que nos abra la puerta. Quedamos en la calle cerca de una hora tocando el timbre desesperadamente. Cuando buscamos el número del hotel para llamar y pedir que nos abran por favor, oh sorpresa, el número era el celular del dueño. El mismo que más temprano nos había obligado prácticamente a que viajemos con nuestras propias sábanas. Nos atendió y dijo que iba a comunicarse con el sereno de turno y que luego nos llamaba. Esperamos unos diez minutos y como no nos devolvía el llamado insistimos. Media hora más tarde de la primera comunicación, abajo de la lluvia torrencial a las dos y pico de la madrugada, nos reconoció que podíamos entrar por el garaje que estaba abierto y que le avisáramos al sereno que estaba despedido. No sólo tercerizó el traslado de la ropa blanca al hotel sino también los despidos a su personal. Parece que eso es todo lo que le importa a este señor. Y lo más importante: nunca se disculpó con nosotras. Todo lo planteado previamente, es la crítica que hice del Hotel por Booking, lugar desde el cual realicé la reserva. Ahora bien, este señor, el dueño del hotel, cinco días después de la noche que me alojé en su hotel me llamó para disculparse porque acababa de leer mi crítica. Luego, me comenzó a mandar audios. Planteando que mi versión no era cierta, que sólo contaba la mitad de las cosas, etc. Le pedí por favor que no me escribiera más porque iba a comenzar a considerarlo acoso y continuó mandándome audios, diciéndome mala onda, que mi comentario es mentiroso, que demuestro falta de comprensión tolerancia y amabilidad, dando a entender que carecía de todo eso por mi edad ("eso se adquiere con los años"). Cosas buenas del lugar: es lindo, los empleados atentos, buena zona. A pedido del dueño, en sus mensajes posteriores a mi crítica, diciendo que solo conté una mitad mentirosa: me pagó el taxi desde la parada de colectivo al hotel ($120) (porque estaba llevando mis propias sábanas, a no olvidarlo: favor se paga con favor), me asesoró con el modo más eficiente para llegar al hotel. Hasta ahí bien. Lo malo: un dueño que no para de enviarme mensajes cinco días después de mi estadía, no se banca una crítica negativa y tiene actitudes que dan miedo y rozan el autoritarismo. Todo desde una prepotencia y soberbia que me enfada y hace que escriba este comentario. Eso: el lugar lindo, cómodo. El dueño un señor que me molesta y agrede diciéndome todo lo que ya mencioné previamente. Es 21 de diciembre: boludeces no.

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