Nos alojamos en este maravilloso complejo para pasar la parte final de nuestra luna de miel… El lugar es encantador… Una vegetación exuberante y floreciente que encanta… Los jardines se mantienen impecablemente. En el check in nos recibieron con gran sentido de la hospitalidad por el Gerente y su asistente… Tuvimos que hacer un cambio de habitación durante la estancia (Suite y habitación superior) y puedo afirmar en que ambos casos las habitaciones eran muy agradables, ordenado y limpio. Casi puedo decir que el superior tiene poco que envidiar a la Suite (excepto la bañera al aire libre).
La comida era estupenda… El chef estaba proponiendo platos originales y hermosos para ver… También el desayuno y el almuerzo buffet eran geniales. Obviamente para los italianos: mi consejo es seguir siendo razonables, la cocina italiana es única y no se puede esperar que sea genial en cualquier lugar. Esta premisa — o explicación adicional porque con nosotros había otros italianos que se quejaban de la comida y la cantidad…
Una nota negativa… Pero inevitable. Se trata del personal. No todo el personal es siempre Cortés y servicial. Sobre todo noté una actitud diferente hacia los italianos en general… Tal vez los estadounidenses y los ingleses fueron tratados de manera diferente (del niño en la playa que ni siquiera saludar o Buenos días a la asignación de las mesas en la cena…). Creo que las grandes manos estaban haciendo y hacer una diferencia para muchos de esos trabajadores…
Entre estas personas había dos muy especiales. Siempre sonriente y agradable para reunirse todos los días: Malika y Sonia…
En cualquier caso, este lugar es único y vale la pena una visita… Recomienda.
La comida era estupenda… El chef estaba proponiendo platos originales y hermosos para ver… También el desayuno y el almuerzo buffet eran geniales. Obviamente para los italianos: mi consejo es seguir siendo razonables, la cocina italiana es única y no se puede esperar que sea genial en cualquier lugar. Esta premisa — o explicación adicional porque con nosotros había otros italianos que se quejaban de la comida y la cantidad…
Una nota negativa… Pero inevitable. Se trata del personal. No todo el personal es siempre Cortés y servicial. Sobre todo noté una actitud diferente hacia los italianos en general… Tal vez los estadounidenses y los ingleses fueron tratados de manera diferente (del niño en la playa que ni siquiera saludar o Buenos días a la asignación de las mesas en la cena…). Creo que las grandes manos estaban haciendo y hacer una diferencia para muchos de esos trabajadores…
Entre estas personas había dos muy especiales. Siempre sonriente y agradable para reunirse todos los días: Malika y Sonia…
En cualquier caso, este lugar es único y vale la pena una visita… Recomienda.