Casa administrada con mucho maquillaje y bling bling.
Como huésped de negocios, desafortunadamente he sido acomodado en esta casa de nuevo por mi cliente.
Comienza con que se le pida que rellene un resguardo de registro cada vez. Alguien probablemente no tiene control sobre su computadora.
Luego encontré comida podrida en el minibar de la habitación. Alguien probablemente no ha comprobado el stock del minibar durante mucho tiempo.
Las luces de las lámparas no funcionan. Alguien probablemente no comunique la función de las lámparas.
El sistema de bloqueo hipermoderno de las habitaciones no funciona correctamente, pero se puede pedir al personal los remolques de papel rojo / verde para el pomo de la puerta, que luego se puede colgar convencionalmente delante de la puerta.
En el patio, las palomas se reproducen, que ya están haciendo ruido a las 05:00h de la mañana. Parece que nadie es responsable de prevenir esto.
A su llegada, todas las habitaciones, las mías y las de mis colegas, se calentaron a más de 27oC, las ventanas estaban cerradas. Olía a limpiadores químicos calientes.
En todas partes de la casa, incluyendo los baños en las habitaciones, en silencio, música indefinible de una estación de radio chircione alrededor.
El desayuno es muy bueno en calidad, pero regularmente lo experimenta durante el período siempre que ciertas cosas no se hacen a tiempo, tanto en los techos como en el buffet.
El personal se esfuerza por ser amable.
Durante todo el día, una fuente kitsch se humedezca fuerte y audiblemente en el patio.
El propietario del hotel no es capaz de acercarse al idioma alemán y reacciona agresivamente a la solicitud de solicitudes y le da la sensación como huésped de la casa para ser un molesto efecto secundario de cobrar.
Obviamente no es un profesional de hotel capacitado.
En general, sobreviví a una estancia mediocre a un precio de lujo.
Le pediré a mi cliente que me reserve en Stade en el futuro, a otro de los hoteles de 4*, todos los cuales, lejos del banco, también son más baratos, nuevos y mejores.
Como huésped de negocios, desafortunadamente he sido acomodado en esta casa de nuevo por mi cliente.
Comienza con que se le pida que rellene un resguardo de registro cada vez. Alguien probablemente no tiene control sobre su computadora.
Luego encontré comida podrida en el minibar de la habitación. Alguien probablemente no ha comprobado el stock del minibar durante mucho tiempo.
Las luces de las lámparas no funcionan. Alguien probablemente no comunique la función de las lámparas.
El sistema de bloqueo hipermoderno de las habitaciones no funciona correctamente, pero se puede pedir al personal los remolques de papel rojo / verde para el pomo de la puerta, que luego se puede colgar convencionalmente delante de la puerta.
En el patio, las palomas se reproducen, que ya están haciendo ruido a las 05:00h de la mañana. Parece que nadie es responsable de prevenir esto.
A su llegada, todas las habitaciones, las mías y las de mis colegas, se calentaron a más de 27oC, las ventanas estaban cerradas. Olía a limpiadores químicos calientes.
En todas partes de la casa, incluyendo los baños en las habitaciones, en silencio, música indefinible de una estación de radio chircione alrededor.
El desayuno es muy bueno en calidad, pero regularmente lo experimenta durante el período siempre que ciertas cosas no se hacen a tiempo, tanto en los techos como en el buffet.
El personal se esfuerza por ser amable.
Durante todo el día, una fuente kitsch se humedezca fuerte y audiblemente en el patio.
El propietario del hotel no es capaz de acercarse al idioma alemán y reacciona agresivamente a la solicitud de solicitudes y le da la sensación como huésped de la casa para ser un molesto efecto secundario de cobrar.
Obviamente no es un profesional de hotel capacitado.
En general, sobreviví a una estancia mediocre a un precio de lujo.
Le pediré a mi cliente que me reserve en Stade en el futuro, a otro de los hoteles de 4*, todos los cuales, lejos del banco, también son más baratos, nuevos y mejores.