Los restos de la Vía Egnatia en Radožda son un testimonio fascinante de la antigua red de carreteras romanas que conectaba el este y el oeste del Imperio Romano. Aunque no se proporciona una dirección específica, se sabe que estos restos se encuentran en Radožda, un pequeño pueblo en la región de Ohrid, en Macedonia del Norte.
La Vía Egnatia fue construida en el siglo II a.C. y se extendía desde la ciudad de Dyrrachium (hoy en día Durrës, Albania) en el Mar Adriático hasta Constantinopla (hoy en día Estambul, Turquía) en el Mar de Mármara. Esta importante ruta comercial y militar atravesaba los Balcanes y conectaba varias ciudades y asentamientos a lo largo de su recorrido.
En Radožda, los restos de la Vía Egnatia son visibles en forma de antiguos adoquines y piedras que formaban parte del pavimento de la carretera romana. Estos restos se encuentran dispersos en diferentes áreas del pueblo, lo que indica que la Vía Egnatia pasaba por aquí en la antigüedad.
Además de los adoquines, también se pueden encontrar otros vestigios de la Vía Egnatia en Radožda, como fragmentos de muros y estructuras que probablemente formaban parte de las estaciones de descanso y los puestos de control a lo largo de la carretera.
Estos restos arqueológicos son un recordatorio tangible de la importancia histórica y la influencia del Imperio Romano en la región. También son un testimonio de la ingeniería y la planificación avanzada de los romanos, que construyeron una red de carreteras duradera y eficiente que aún se puede apreciar en la actualidad.
Aunque no se proporciona una dirección específica, los visitantes interesados en explorar los restos de la Vía Egnatia en Radožda pueden consultar con las autoridades locales o buscar información adicional en los museos y sitios arqueológicos cercanos.